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El humor gráfico y la Guerra Civil. Índice genera | Historia


Anarquistas y anarquismos


LOS DE LA F.A.I. CELEBRAN LA PURISIMA (FAI, Federación Anarquista Ibérica / Soka, El Be Negre, 13/12/1933)

Cualquier generalización entraña riesgos, y generalizar sobre el anarquismo también. Es un tema que siempre ha generado opiniones encontradas y, a menudo, sesgadas. Por parte de unos y otros. Sus críticos, atribuyéndole todas las maldades y ninguna virtud o idealismo; sus defensores, solo viéndole bondades y nada que objetarle.

Lo primero que hay que decir, para entender esta discrepancia de visiones, es que en lugar del anarquismo se debería hablar de los anarquismos, en plural. Porque como anarquistas, se han identificado, ya desde el siglo XIX, grupos y personas con un mismo objetivo general (un mundo sin clases, igualitario, de individuos libres, "sin dios, ni patria, ni rey"), pero con algunos matices y distintas formas de intentar conseguirlo. Por ejemplo, desde pacifistas a ultranza, hasta partidarios de acciones terroristas.

Durante la primera mitad del siglo XX, el anarquismo había conseguido en España un gran arraigo, y cuando en 1931 se proclamó la República, los anarquistas, a causa de las expectativas que habían puesto en ella, cuando vieron la limitación y la lentitud de las reformas, se sintieran defraudados. El resultado fueron las huelgas y las revueltas anarquistas de aquellos años, por ejemplo, las del Alto Llobregat, de Casas Viejas o de Asturias.

En 1936, cuando una parte de los militares se sublevaron, los anarquistas que estaban en territorio donde no triunfó la sublevación, decidieron aprovechar la ocasión para intentar llevar a cabo su ideal libertario, su revolución social. En un momento muy complicado, de alto riesgo, a causa del avance de las tropas franquistas.


Solidaridad Obrera, 25/8/1936

Mientras, a los anarquistas que se encontraban en zonas que controlaban los sublevados, si no habían podido ocultarse ni huir, cuando los sublevados los detenían, los ejecutaban. Sobre todo, en Andalucía murieron muchos.

Durante aquellos años convulsos y dramáticos, los previos a la guerra y durante la guerra, las actuaciones de los anarquistas fueron de distinto tipo. Algunas, absolutamente censurables, sin paliativos. Por ejemplo, los asesinatos por miembros de la FAI del periodista Josep M. Planes y los hermanos Badia. (1)

A partir de casos como aquellos, sus adversarios ( tanto de derechas como de izquierdas), generalizaban, y olvidaban que muchos anarquistas eran personas idealistas y de conductas intachables, incluso dignas de la mayor admiración. Por ejemplo: el anarquista Melchor Rodríguez García, conocido como el Ángel Rojo, que en otoño de 1936, como delegado de prisiones de Madrid, jugándose la vida, intentó detener las sacas de presos que, con el propósito de ejecutarlos, se hacían en las cárceles de la ciudad. (2)

Ahondar en esta visión más plural, compleja, y también más realista, de lo que fue el anarquismo durante aquellos años, está fuera de nuestro alcance. Pero nos parecía adecuada esta breve referencia, para que se pudiera contrastar con otras visiones o informaciones que se puedan tener de lo que supuso el anarquismo durante la República y la guerra.

Los anarquistas en las viñetas


-¿Y por qué lo hacen desde los tejados?
-Para que se vea bien que la revolución viene de arriba.
--
El Be Negre, 17/1/1933

Cuando en una viñeta de aquellos años aparece un personaje lanzando una bomba de mano, fabricando o transportando bombas, o una bomba que estalla, aunque no se diga explícitamente, se sobreentiende que la viñeta se refiere a los anarquistas.

Dado que los anarquistas eran criticados y rechazados por el resto de las fuerzas políticas, tanto de derechas como de izquierdas (3), y en sus publicaciones los presentaban casi invariablemente como terroristas (o huelguistas permanentes), es muy fácil encontrar viñetas de este tipo.


Colón: -Yo por no ser menos, también he encontrado una bomba.
--
Carles. L'Esquella de la Torratxa, 27/1/1933 (el modelo del dibujo es la estatua de Colón que hay junto al puerto de Barcelona, ciudad en la que la militancia anarquista era muy elevada)


-¿Qué letras sabes?
-La F.A.I.
-Mira, saber estas letras te llevará a quedarte un día sin padre.
--
L'Esquella de la Torratxa, 13/1/1933


EN EL SINDICATO
-¿Que no acabas?
-No, todavía tengo que decretar catorce huelgas, redactar seis manifiestos y proclamar dieciocho revoluciones.
-¡Como te dejas explotar! A ver qué día os declaráis en huelga, los empleados del Sindicato Único.
--
El Be Negre, 8/9/1931


El conductor. - A mí sí que... ¡plim! Como la huelga es ilegal...
--
Tisner. El Be Negre, 6/12/1933


El descuartizado
-Ele... Ele, la segunda no ha explotado.
--
L'Esquella de la Torratxa, 27/1/1933

Otros puntos de vista

Junto con todo lo dicho, no hay que olvidar que, para los anarquistas, la educación y la cultura eran fundamentales, también para la promoción de los trabajadores. Con este propósito (hay que tener en cuenta que entonces el índice del analfabetismo en España era muy elevado), promovían la alfabetización, incentivaban el estudio y la lectura, creaban ateneos y casas del pueblo en sus localidades, etc. Este tipo de intereses culturales favorecieron, también, que algunos se hicieran esperantistas. O que, a causa de su amplitud de miras, se interesaran por nuevos movimientos, como el naturismo, e incluso el nudismo.

Es obvio que este tipo de inquietudes no encajaba con la imagen estereotipada y sesgada que divulgaban sus oponentes, según la cual todos eran unos terroristas y asesinos. Y es que, tal como hemos dicho al principio, las generalizaciones difícilmente nos acercan a la realidad, además de ser, muchas veces, muy injustas en relación a las situaciones o personas sobre las que se opina.


Las apariencias
-No somos nudistas, no; es que vamos disfrazados de Adán y Eva, ¿sabe?
--
L'Esquella de la Torratxa, 5/2/1932

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(1) Otro ejemplo (entre muchos posibles), sería lo ocurrido en la Fatarella en enero de 1937, cuando miembros de la CNT y la FAI mataron a 34 personas que se oponían a la colectivización de las tierras. Dicho esto, también hay que tener en cuenta que, en ocasiones, fueron atribuidas a los anarquistas acciones violentas de personas que no eran anarquistas.
(2) Si se trata de poner otros ejemplos de anarquistas conocidos, podríamos añadir a Federica Montseny, la primera mujer en ocupar un cargo ministerial en España, y Cipriano Mera, un paleta que acabó siendo comandante de la 14.ª División Republicana. Los dos, con una conducta ética ejemplar.
(3) Para el resto de fuerzas políticas, solo generaban más animadversión que los anarquistas los trotskistas del POUM, y estos, al ser menos numerosos, fueron eliminados durante la primavera de 1937.

 

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