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Primera
justificación:
La enseñanza
de los derechos humanos es compatible con el humor
Veamos las siguientes premisas
encadenadas (adaptadas de "Humor gráfico en el aula
de matemáticas", de Pablo Flores):
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El
humor refleja la sociedad.
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La
sociedad se ha dotado con los derechos humanos.
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Los
derechos humanos aparecen en el humor.
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Podemos
reírnos con los derechos humanos.
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Podemos
enseñar derechos humanos riendo.
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La
enseñanza de los derechos humanos es una necesidad social.
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Conclusión:
La enseñanza de los derechos humanos es socialmente imprescindible
y debe hacerse de una forma rigurosa, pero no tiene que ser aburrida
Segunda justificación:
El humor: un
componente irreemplazable de la educación
Jesús
Damián Fernández. Pedagogía del humor (en "El valor
terapéutico del humor", Desclée De Brouwer. Bilbao, 2002)
"Aplicar
el sentido del humor en la educación nos ayuda a superar las frustraciones,
a relativizar los fracasos, a sobrellevar los desencantos, a desterrar
los momentos de apatía y desánimo con el objetivo de establecer
una buena comunicación con nosotros mismos y con el entorno en donde
realizamos nuestra labor educativa.
"Asimismo
el sentido del humor empleado en el campo educativo nos proporciona nuevas
perspectivas para analizar la realidad. Nos descubre divertidas formas
de enfocar nuestro trabajo. Nos muestra nuevos métodos de intervención.
Nos invita a estar más despiertos. Potencia nuestro ingenio y creatividad.
Ayuda a construir y diseñar originales instrumentos y recursos educativos."
Tercera justificación:
Un estudio científico
demuestra que la educación con humor es más efectiva.
Daniella Ashkenazy.
www.israel.org/mfa/go.asp?MFAH0igw0 (noviembre 2000)
"Se
llevaron a cabo dos estudios en dos materias académicas diferentes:
uno sobre estadísticas, y el otro, un curso introductorio de sicología
en una academia para maestros. En ambos casos, las clases fueron dictadas
a un grupo de control y a un grupo experimental.
"Las
clases a las que asistía el grupo experimental contaban con caricaturas
humorísticas y chistes relacionados con los conceptos a enseñar.
"Ambos
instructores --uno para el curso de estadísticas y otro para el
de sicología-- eran graduados de un seminario especial sobre el
"humor en la enseñanza".
"Ambos
grupos en cada curso rindieron un examen final de múltiple opción
sobre la materia estudiada. Los resultados fueron claros: los participantes
a quienes se les enseñó con humor lograron calificaciones
más altas que aquellos que asistieron a clases convencionales."
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