Los derechos humanos y las artes plásticas
La
Declaración Universal de los Derechos Humanos. Artículo
10
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Auto de Fe (1816). Francisco de Goya
Museo de la Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando, Madrid.Óleo sobre tabla, 46 X 73 cm.
Artículo 10 de la Declaración Universal: Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en material penal. |
Francisco de Goya. La obra pertenece a una serie de cuatro tablas al óleo conservadas en la Academia de San Fernando de Madrid. En ellas desaparece el concepto clásico de composición y el asunto se aborda con el naturalismo descriptivo de una instantánea fotográfica.
Con el cuadro, Goya profundiza en un tema peligroso que ya había representado en Los Caprichos. Como en otras obras suyas, el tema posee interés por si mismo. Nos pone ante un juicio celebrado por el Santo Oficio, en el interior de un edificio de grandes y sombrías naves. Se trata de representar una mezcla de horror y vulgaridad, lo trágico del destino de los reos y la rutina de los juicios y de las condenas. Las actitudes de los procesados son expresivas al efecto. Una justa gradación de luz y sombra da interés a la masa amorfa de asistentes al acto, iluminándose, en particular, el personaje que lee un informe sobre el atril, a cierta altura, el acusado principal y los monjes vestidos de blanco. Como en otras representaciones, el pincel de Goya es sumario, incisivo, traza arabescos distorsionados y manchas fluctuantes de color que definen con exactitud la expresión y la forma conjuntamente. Algunos rostros son como máscaras, otros como calaveras.
(fuente: extractos de "Goya", Jose Gudiol, Ediciones Poligrafa, 1991)