CATALÀ: Principal > Holocaust/Genocidis / (documents) | ESPAÑOL: Principal > Holocausto/Genocidios / (documentos)

Castración mediante rayos X (1941)


Viktor Brack.
Berlín, a 28 de marzo de 1941.
Al Reichsführer SS, Jefe de la Policía alemana.
Berlín SW. 11, Prinz Albrechtstr. 8.
 

Asunto secreto de Estado

Señor Reichsführer,
Le transmito el resultado de las investigaciones referentes a las posibilidades de esterilización y de castración mediante rayos X, rogándole tome conocimiento de ellas.
Le ruego me haga saber lo que tengo que hacer sobre este asunto, en el plano teórico así como en el práctico.
¡Heil Hitler!
Firmado: Brack.
 

Informe sobre los experimentos de castración mediante rayos X

Los experimentos realizados en este terreno han terminado. Han podido obtenerse los resultados expuestos a continuación:

Son seguros y científicos.

Para las personas que han de ser definitivamente esterilizadas, es necesario la aplicación de un tratamiento de rayos X de una intensidad tal, que dé lugar a la castración, con todas sus consecuencias. En efecto, las dosis fuertes de rayos X destruyen la secreción interna del ovario, así como la de los testículos. Cantidades más pequeñas no harían sino suspender de modo temporal la potencia sexual. Entre las consecuencias de la castración, hay que hacer notar: el cese de las reglas, de los fenómenos climatéricos, modificaciones en el sistema piloso y en el metabolismo, etc.; fenómenos todos que presentan inconvenientes reales.

La dosificación puede conseguirse de diversas formas y el tratamiento puede ser llevado a cabo sin que el sujeto se dé cuenta de ello. Para los hombres, el foco de irradiación debe poseer una potencia de 500 a 600 r, para las mujeres, de 300 a 350 r. En principio, y con un máximo de intensidad y un mínimo de espesor del filtro, un tiempo de exposición de dos minutos para los hombres y de tres minutos para las mujeres debería ser suficiente, sobre todo si el sujeto está poco alejado del foco de irradiación. No obstante, este procedimiento presenta un inconveniente; resulta imposible proteger, con ayuda de pantallas de plomo, las restantes partes del cuerpo, sin que el sujeto se dé cuenta. Al carecer de tal protección, se provocan quemaduras en los tejidos somáticos vecinos, lo cual constituye la enfermedad de los rayos X. Estas quemaduras serán más o menos fuertes durante los días o semanas que seguirán al tratamiento, según la intensidad de la irradiación y la sensibilidad del individuo.

En la práctica, existe un camino: convocar, por ejemplo, ante una ventanilla, a las personas que han de ser tratadas y hacerles rellenar un formulario, o ponerles preguntas para mantenerlas en el sitio durante dos o tres minutos. El funcionario, sentado tras la ventanilla para regular el aparato, al dar vueltas a una manecilla, haría funcionar los dos tubos a la vez (la irradiación debe ser bilateral). De esta manera, un dispositivo provisto de dos tubos lograría esterilizar de 150 a 200 personas por día; y, con una veintena de dispositivos semejantes, de tres a cuatro mil al día. Por cuanto sé, no están previstas deportaciones que desplacen un mayor número de personas por día.

El coste del dispositivo se elevaría, aproximadamente, a una cifra comprendida entre 20 y 30.000 marcos por cada sistema de dos tubos. No obstante, hay que añadir a esto los gastos de transformación de un inmueble, dado que sería necesario prever instalaciones de seguridad de cierta importancia para los funcionarios de servicio.

En resumen, puedo decir que, gracias a este procedimiento, la técnica y el estudio de los rayos X permiten, actualmente, iniciar sin vacilación una esterilización en masa. Sin embargo, parece imposible pensar en someter a los interesados a este tratamiento sin que, más pronto o más tarde, se den cuenta de que han sido esterilizados o castrados por los rayos X.

Firmado: Brackl.
 
 

--
Fuente: Auschwitz. Documentos y testimonios del genocidio nazi. Léon Poliakov, Ediciones Orbis, 1987 (p. 84 a 86)


vuelve al inicio