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Humor gráfico, Guerra Civil y franquismo: Índice


Gila, mal fusilado

Gila (Miguel Gila, 1919-2001) cuenta en sus memorias que, durante la Guerra Civil, en la que se alistó como voluntario republicano, en 1938 fue capturado y fusilado por los rebeldes. "Pero mal fusilado", dice, por lo que no murió (1). No obstante, hay quien duda de que este fusilamiento ocurriera realmente, una discrepancia que tiene el interés de recordarnos hasta qué punto, las autobiografías o las biografías, son siempre relatos fiables. (2)

La faceta de Gila como monologuista es muy conocida, pero lo es bastante menos su faceta como dibujante, de inicio anterior, con unos dibujos originales, inconfundibles, y unas ideas, unas ocurrencias, igualmente brillantes.

Hacia el final de la dictadura, Gila publicó viñetas sobre fusilamientos, cuando la pena de muerte todavía estaba vigente en España. Es de suponer que la publicación de estas viñetas no coincidió con el anuncio de sentencias o ejecuciones de penas de muerte, ya que en este caso las revistas en que aparecían habrían sido censuradas. Entonces, por mucho menos, las revistas humorísticas (Hermano Lobo, Por Favor, El Papus), sufrían con regularidad sanciones, secuestros de ediciones y cierres temporales.

Hemos incorporado esta página sobre Gila por todo lo expuesto. Por su real o supuesto fusilamiento durante la guerra, por su vinculación, al final del franquismo, con las revistas humorísticas de carácter antifranquista que aparecieron entonces, y por sus viñetas de esta etapa, no solo sobre la pena de muerte, sino también sobre la absurdidad de la guerra (además de sus viñetas sobre pobres, lisiados, etc., alusivas a las miserias sociales existentes). (3)


La guerra

La censura

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(1) 'Y entonces nací yo: Memorias para desmemoriados', 1995.
(2) Entre otros, Juan Eslava Galán: 'Gila y otros mitos de la Guerra Civil', ABC, 25/6/2019. "El dramático relato del humorista contrasta vivamente con la realidad estudiada por algunos biógrafos que se han resistido a la seducción del mito. Al parecer, Gila no fue fusilado, ni estuvo preso, ni fue represaliado. Antes bien, al término de la guerra no tuvo dificultad para publicar sus primeros trabajos en la prensa del Movimiento (...), y hasta colaboró con la Organización Sindical franquista antes de publicar sus primeros 'monos' en el semanario falangista Flechas y Pelayos."
(3) La mayoría de viñetas son de 'El libro de quejas', Gila (Sedmay Ediciones, 1975), y de www.miguelgila.com (2024)

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