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Precauciones:
uso juicioso del humor |
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Teniendo
en cuenta el marco educativo en el que nos movemos, la descripción
hecha anteriormente de los modelos humorísticos adecuados a nuestros
propósitos habría que completarla con lo que podríamos
llamar el principio de la oportunidad o del "uso juicioso" del humor en
el aula:
"El
éxito de enseñar con humor dependerá de qué
tipo de humor se usa, si se hace bajo circunstancias apropiadas, en el
momento oportuno y de la manera pertinente".
Carlos
Alemany y Raúl Cabestrero. "Desarrollo del humor: estudios e investigaciones"
(en "El valor terapéutico del humor", Desclée De Brouwer.
Bilbao, 2002)
En este sentido, será
adecuado además tener presente la reflexión que nos hacen
los mismos autores sobre algunos eventuales peligros del uso del humor.
Una reflexión que, adaptada libremente al entorno educativo (el
texto
original está orientado a la relación entre terapeutas y
pacientes), podría quedar así:
-
Un
educador inseguro puede emplear el humor como defensa en lugar de como
medio para transmitir los valores y/o conocimientos oportunos.
-
Eventualmente,
esta inseguridad puede llevar al educador, en un momento dado, a emplear
la sátira sobre alguno de los alumnos (con el peligro añadido
de que el alumno satirizado sea a su vez objeto de actitudes despreciativas
o agresivas por parte de otros alumnos o del grupo en general).
-
El
educador puede priorizar la búsqueda de la propia popularidad sobre
la transmisión de valores o la exposición de la materia correspondiente,
distorsionando los auténticos objetivos y poniendo en peligro su
consecución.
-
Si
no se emplea con cuidado el humor, el educador puede transmitir la idea
de que la materia correspondiente no es algo importante, con lo que puede
desviar la atención de los alumnos de la verdadera finalidad de
la actividad.
-
Esta
falta de cuidado también puede fomentar las salidas de tono y las
payasadas por parte de los alumnos (sin ninguna relación con el
sentido del humor que se pretende fomentar), dificultando por lo tanto
el trabajo serio y en profundidad que se persigue.
Peter Berger, por su
parte, nos advierte:
"La
capacidad de ver las cosas desde una perspectiva cómica no es necesariamente
una cualidad moralmente admirable. La aptitud para lo cómico puede
emplearse para una serie de objetivos moralmente reprobables. De hecho
(...) el ingenio se puede ejercer con malicia y puede ir asociado a una
actitud de nihilismo moral."
Risa
redentora. Kairós. Barcelona, 1999
En definitiva: como
sucede con todas las herramientas, dependerá de la habilidad y la
honestidad con que se utilice el humor que los resultados que se obtengan
sean más o menos positivos. Lo que está fuera de toda duda
en cualquier caso es que las posibilidades que ofrece el humor en el aula
son muchas (como actitud en general, y como material de trabajo en propuestas
concretas). Las cautelas expuestas no pretenden desincentivar su utilización,
sino recomendar su uso atento y responsable. |