Propuestas por materias; Semana por los
derechos humanos
Alimentación,
salud y derechos humanos
Esta actividad forma
parte de las propuestas de la Semana por los derechos
humanos
Descripción
Reflexión sobre los componentes de una dieta equilibrada y saludable y la precaria alimentación de una parte considerable de la humanidad.Área
Ciencias naturales.Edad
Primer ciclo de ESO (a partir de 12 años).Duración
60 minutosDerecho relacionado
El artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que incluye el derecho a la alimentación.
>> documentos de las Naciones Unidas en formato HTML y PDF.Objetivos
Reflexionar sobre los propios hábitos alimentarios
Reflexionar acerca de la incidencia de estos hábitos sobre el derecho a la alimentación de colectivos desfavorecidos.Preparación por parte del profesorado
Si lo considera oportuno, preparar una dieta equilibrada desde el punto de vista nutricional.Material o soporte
--Metodología
Unos días antes de la actividad, dividir el alumnado en pequeños grupos. Explicar que cada grupo debe buscar, antes del día de la actividad en el aula, la dieta propia de distintas partes del mundo, incluyendo tanto zonas económicamente prósperas como degradadas. El objetivo es saber el tipo de alimentación al que tienen acceso los jóvenes de su edad de distintos países. La búsqueda de la información la pueden realizar de la forma que les parezca más conveniente: Internet, bibliotecas, consultas a inmigrantes, etc. Se puede proponer el estudio de las dietas de las siguientes zonas (se puede variar la lista si se considera oportuno):-La dieta más habitual de la sociedad en la que se vive.El día de la actividad:
-La de la clase media de los Estados Unidos.
-De los países de África subsahariana.
-De países asiáticos empobrecidos como Corea del Norte o Myanmar.
-De Japón y las ciudades prósperas chinas.
-De los suburbios de Río de Janeiro u otras ciudades sudamericanas.
-De las zonas rurales de los países árabes mediterráneos.
-Etc.
Cada grupo presentará al resto del alumnado la información recopilada.
Al finalizar, se inicia un debate abierto sobre las carencias que se detectan en algunas dietas, así como los eventuales excesos de otras y las relaciones entre ambas.Algunas sugerencias para introducir durante el debate:
-La inclusión de carne y pescado puede ser también motivo de debate, considerada desde el punto de vista del desequilibrio alimentario mundial que genera (para obtener un kilo de proteínas animales se requieren unos siete quilos de proteínas vegetales, es decir, que hay por ejemplo vacas que se comen lo que no pueden comer millones de personas). Anexo 1Evaluación
-En relación al consumo de proteínas animales se puede plantear la reflexión acerca de la utilización de los animales meramente como materia prima alimenticia, sin tener en cuenta sus condiciones de vida. Anexo 2
-También se puede introducir la reflexión sobre el desigual acceso a los recursos alimentarios a nivel mundial: ¿el derecho a la mejor salud posible y a la mayor esperanza de vida justifica la inversión en la propia alimentación de todos los recursos que se consideren necesarios, sin tener en cuenta que eventualmente parte de dichos recursos podrían servir para asegurar la mera subsistencia a miembros de otras sociedades? Anexo 3
-Se puede presentar también un modelo de dieta adecuada. Anexo 4
¿Ha participado activamente el alumnado, esmerándose en la obtención de la información sobre el acceso a la alimentación en otros países o sectores sociales?
¿Qué valoración hacen del derroche alimenticio que se produce en el primer mundo (con sus consecuencias sanitarias negativas añadidas), teniendo en cuenta el déficit alimentario de millones de seres humanos?
¿Consideran que las conclusiones de la actividad deberían tener alguna incidencia en sus propias vidas?Continuidad o relación con otras actividades
El restaurante del mundo, actividad también incluida en esta Guía.Elaboración del material
Teresa Castel (Grup d'Educació, Amnistia Internacional Catalunya)Anexo 1
De vacas, grano y hambrunas.
"Criar animales para el consumo humano requiere una gran cantidad de comida y agua para que crezcan, así como una gran cantidad de terreno donde tenerlos y en el que poder plantar el grano del que se alimentan. Por ejemplo, para alimentar a un humano carnívoro durante un año se necesitan aproximadamente entre ocho y nueve piezas de ganado. Cada vaca necesita 0,40 hectáreas de pastos verdes, ya sea de trigo o de soja, al año. Por tanto, se necesitan unas 3,64 hectáreas de pastos al año para conseguir la cantidad de carne que come una persona, en lugar de 0,20 hectáreas que serían necesarias si comiéramos directamente plantas. La cantidad de grano necesario para proporcionar carne a una sola persona sería suficiente para alimentar a unas veinte personas al año. En Estados Unidos el ganado come una cantidad de grano y de soja suficiente para alimentar a más de mil millones de personas. Se necesitan aproximadamente 7,25 kg de grano para conseguir 450 g de carne. Una reducción en el consumo de carne del 10 % permitiría que hubiese 11 millones más de toneladas de grano para el consumo humano. Este grano podría servir para alimentar a todos los seres humanos que mueren de hambre cada año, ¡unos 60 millones de personas! Además, se necesitan unos 100.000 litros de agua para producir 920 g de carne, mientras que 920 g de trigo sólo requieren unos 454 l de agua."
Los diez mandamientos. Jane Goodall y Marc Bekoff. Paidós, Barcelona, 2003Anexo 2
Granjas de cría intensiva.
"Anualmente se llevan a cabo matanzas de millones de animales en todo el mundo desarrollado. Sólo en Estados Unidos las cifras son escalofriantes: cada año se sacrifican por lo menos 93 millones de cerdos, 37 millones de vacas, 24 millones de patos, 2 millones de terneros, 6 millones de caballos, cabras y ovejas (...) Las gallinas ponedoras viven en unas jaulas menudas, apiladas una al lado de otra (...) Con frecuencia les recortan el pico para evitar que se causen heridas y evitar la mortalidad asociada a las conductas de arrancarse las plumas y el canibalismo. Se les quita casi la mitad del pico utilizando una cuchilla al rojo vivo cauterizada o un filo de precisión. Se cree que el recorte del pico les causa un dolor intenso y de larga duración. (...) Los animales de producción intensiva que sirven de comida sufren física y emocionalmente durante toda su vida, y la matanza que tiene lugar al final, antes de que llegue el alivio de la muerte, es a veces la peor tortura. A veces, gallinas y pavos completamente conscientes son electrocutados, escaldados y ahogados en baños de agua electrificada para prepararlos para la venta."
Los diez mandamientos. Jane Goodall y Marc Bekoff. Paidós, Barcelona, 2003Anexo 3
Mientras tres de cada cuatro humanos temen al hambre, el resto se indigesta.
"Cinco millones de niños pequeños mueren de hambre cada año. El informe anual de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) advierte que en el mundo hay cerca de mil millones de personas malnutridas. Además, el fantasma de la inanición supone un riesgo muy real para tres de cada cuatro seres humanos. La paradoja se produce cuando - en el mismo momento y en el mismo planeta- una cuarta parte de la humanidad no sabe muy bien cómo gestionar su empacho."
Un mundo glotón. Manuel Díaz-Prieto. La Vanguardia, 26-2-2006
>> fragmento ampliadoAnexo 4
Consideraciones sobre las dietas; la dieta mediterránea.Teniendo en cuenta la gran diversidad de teorías existentes sobre la composición de una dieta óptima y equilibrada, se puede poner como modelo una dieta en la descripción de la cual se incida sobre todo en aquellos elementos que las distintas teorías dietéticas mayoritariamente comparten: basada en aquellos ingredientes que en general se consideran beneficiosos y por tanto recomendables, y en el rechazo de aquellos que se consideran perniciosos (por ejemplo, el consumo deseable de cereales y el rechazo de cantidades elevadas de grasas animales). Se puede utilizar como referencia la llamada dieta mediterránea, eventualmente adaptada teniendo en cuenta los anexos anteriores: basada en los cereales propios de las distintas regiones (pan de trigo, pasta y arroz en los países mediterráneos), legumbres, verduras y fruta propios de la época y el lugar, aceite de oliva (o de otras semillas o frutos en otras zonas), con mínimas aportaciones de proteínas animales.