Literatura + Cine
- Fichas de libros / Índice
de fichas
El olvido
que seremos
Héctor Abad Faciolince
Género: Novela sin ficción, autobiografía.
Edad recomendada: A partir de 16 años.
Primera edición: 2005
Páginas: 319 (edición de Alfaguara, 2017)
Resumen: Héctor Abad Faciolince cuenta la vida de su padre, Héctor Abad Gómez, asesinado en 1987. Muestra, por un lado, las relaciones familiares, con las hermanas y la madre, y sobre todo el profundo vínculo entre padre e hijo. Por otro lado, muestra la dimensión pública del trabajo del padre, un médico bueno, solidario y valiente, que a causa de sus puntos de vista y reivindicaciones (al morir era el presidente del Comité Permanente para la defensa de los Derechos Humanos), estaba en el punto de mira de los poderosos.
Contexto histórico: Los hechos se enmarcan en la complicada situación social y política de los aņos 80 y 90 en Colombia en general y Medellín en concreto, cuando los sindicalistas y opositores políticos eran liquidados sin contemplaciones, con el respaldo de militares y narcos.
Sobre el autor: Héctor Abad Faciolince nació en Medellín en 1958. Tras el asesinato de su padre abandonó Colombia temporalmente, temiendo por su vida. Además de novelista, es también columnista, poeta, y traductor.
Adaptación al cine: El olvido que seremos, Fernando Trueba, 2019.
Algunos derechos relacionados (de la Declaración Universal de los Derechos humanos):
- Asesinato del padre y de otros activistas de derechos humanos. Artículo 3, derecho a la vida.
- Los responsables del crimen no son identificados. Artículo 10, juicios justos.
- Opinar, denunciar y presentarse a unas elecciones puede poner en riesgo la propia vida. Artículo 19, libertad de expresión, y artículo 21, participación en la vida política.
- El padre se implica en la reivindicación del derecho al agua potable y al saneamiento de los barrios más desfavorecidos, y luego preside el Comité Permanente para la defensa de los Derechos Humanos. Artículo 22, derechos económicos, sociales y culturales, y artículo 25, derecho a un nivel de vida digna.
- La formación del padre y del hijo facilitan su incidencia en la vida pública, el primero como médico, defensor de los derechos humanos y político, y el segundo como escritor. Artículo 26, derecho a la educación, y artículo 27, derecho a la cultura.
Sugerencias:
Comentario de texto sobre algunos fragmentos del libro.
Dado que la película es muy fiel al libro, también pueden utilizarse las sugerencias incluidas en la ficha de la película.
Más información
1 - Declaración sobre las personas defensoras de los derechos humanos (Naciones Unidas, 1998)
2 - La amistad y los libros. Mario Vargas Llosa. El País, 7/2/2010 (fragmento)
Después de leer hace algún tiempo El olvido que seremos, la más apasionante experiencia de lector de mis últimos años, deseé ardientemente que los dioses o el azar me concedieran el privilegio de conocer a Héctor Abad Faciolince para poder decirle de viva voz lo mucho que le debía.
Es muy difícil tratar de sintetizar qué es El olvido que seremos sin traicionarlo, porque, como todas las obras maestras, es muchas cosas a la vez. Decir que se trata de una memoria desgarrada sobre la familia y el padre del autor -que fue asesinado por un sicario- es cierto, pero mezquino e infinitesimal, porque el libro es, también, una sobrecogedora inmersión en el infierno de la violencia política colombiana, en la vida y el alma de la ciudad de Medellín, en los ritos, pequeñeces, intimidades y grandezas de una familia, un testimonio delicado y sutil del amor filial, una historia verdadera que es asimismo una soberbia ficción por la manera como está escrita y construida, y uno de los más elocuentes alegatos que se hayan escrito en nuestro tiempo y en todos los tiempos contra el terror como instrumento de la acción política.
El libro es desgarrador, pero no truculento, porque está escrito con una prosa que nunca se excede en la efusión del sentimiento, precisa, clara, inteligente, culta, que manipula con destreza sin fallas el ánimo del lector, ocultándole ciertos datos, distrayéndolo, a fin de excitar su curiosidad y expectativa, obligándolo de este modo a participar en la tarea creativa, mano a mano con el autor.
Los cráteres del libro son dos muertes -la de la hermana y la del padre-, una por enfermedad y otra por obra del salvajismo político, y en la descripción de ambas hay más silencios que elocuciones, un pudor elegante que curiosamente multiplica la tristeza y el espanto con que vive ambas tragedias el encandilado lector.
Contra lo que podría parecer por lo que llevo dicho El olvido que seremos no es un libro que desmoralice a pesar de la presencia devastadora que tienen en sus páginas el sufrimiento, la nostalgia y la muerte. Por el contrario, como ocurre siempre con las obras de arte logradas, es un libro cuya belleza formal, la calidad de la expresión, la lucidez de las reflexiones, la gracia y finura con que está retratada esa familia tan entrañable y cálida que uno quisiera fuera la suya propia, hacen de él un libro que levanta el ánimo, muestra que aún de las más viles y crueles experiencias, la sensibilidad y la imaginación de un creador generoso e inspirado pueden valerse para defender la vida y mostrar que hay en ella, pese a todo, además de dolor y frustración, también goce, amor, ideales, sentimientos elevados, ternura, piedad, fraternidad y carcajadas.
--
^ INICIO