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La risa no es siempre liberadora
Asun Bernárdez. El humor y la risa. Fundación Autor. Madrid, 2001 (p. 15, 17, 19)

El lazo de unión entre política y risa sólo se genera si el sentido de la política es conseguir que los seres humanos seamos cada vez más libres. En este artículo pretendo mostrar cómo la risa no ha sido siempre liberadora, sino que es un mecanismo humano que sirve tanto para el sometimiento como para la consecución de la igualdad y la libertad. 

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Por eso el humor y la risa valen para tantas cosas: para amar y repudiar, para castigar y ensalzar, para adorar y despreciar... Por eso es tan humana, por eso dice tanto de nosotros. Cuando nos reímos, hacemos chistes, parodiamos, construimos textos de cultura, textos que no son un simple reflejo de lo que somos, sino que "son lo que somos", porque todo texto es performativo, fabrica realidades, y en definitiva, edifica líneas de demarcación simbólica de lo social: crea límites entre lo permitido y lo prohibido, lo excluido y lo integrado, lo correcto y lo incorrecto... Tal vez por eso reírse sea una de las formas más patentes de comunicación, forma evidente, pero no sencilla. Tras la risa hay siempre un entramado de implícitos, de negociaciones, de pactos y desencuentros que nos obligan siempre a una posición estratégica determinada, una posición que nos fuerza a ocupar un lugar que, al fin y al cabo, es político, en el sentido que apuntaba Hannah Arendt.

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Lo cómico es entonces esa materia prima poco definible, ese agua que toma siempre la forma del recipiente. Por eso no podemos decir que la risa o la ironía son formas revolucionarias, armas para derribar, demoler y desbaratar los poderes establecidos. La risa puede ser todo eso, pero también un castigo en contra de lo diferente y lo nuevo. Lo cómico puede ser conformista y poner en evidencia los prejuicios dominantes en la sociedad. Baste recordar las obras de Molière en las que, por ejemplo, las mujeres que en aquellos años comenzaban a luchar por la posesión de la cultura eran cruelmente satirizadas y vilipendiadas.
 

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