El juez Saud al-Boushi sentenció a los acusados a entre tres y cuatro meses de prisión, y ordenó que recibieran un número no especificado de latigazos. El diario asegura que los condenados tienen derecho a apelar.

Arabia Saudí prohíbe el consumo de alcohol, las reuniones entre hombres y mujeres no casados y la conducción de vehículos por parte de mujeres, entre otras cosas. Los condenados por asesinato, tráfico de drogas, violación o robo de armas pueden ser ejecutados.

La Policía religiosa, una fuerza detestada por muchos saudíes por interferir en sus vidas privadas, tiene amplios e incuestionables poderes. Sus miembros recorren lugares públicos, como centros comerciales, mercados y universidades, en busca de infracciones tales como hombres y mujeres mezclados sin estar casados, hombres que se saltan las cinco oraciones diarias y mujeres con algún mechón de pelo fuera del velo. El pasado mayo, el ministro de Interior tomó medidas para limitar los poderes de la Policía religiosa para arrestar a sospechosos.