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"No se puede ser mala persona y buen juez"
Entrevista de Víctor-M Amela a José Francisco Valls, director de la Escuela Judicial de España (fragmento)

La Vanguardia, 12-5-2003
--Dice el evangelio: "No juzguéis y no seréis juzgados"...
--Pero en toda sociedad civilizada alguien se dedica a conciliar a dos que se pelean. ¡Eso es un juez! El juez es necesario. Sin él, volvemos al "ojo por ojo...". Y todos ciegos.

--Pero... ¡qué difícil, juzgar!
--Juzgar es un oficio. Y a mí me apasiona, es mi vocación: consiste en establecer lo que es justo en cada caso, en argumentar con claridad todas las decisiones a las que llegas.

--¿Qué virtudes convienen a todo buen juez?
--Prudencia, ante todo. Ser reflexivo. Tener vocación, capacidad de sacrificio. Y tener capacidad de escuchar, de entender a las personas. ¡Un juez es alguien que escucha!

--Y que conoce las leyes, ¿no? Y que decide.
--Pero si sólo fuese cuestión de conocer las leyes, no harían falta jueces: ¡bastaría con tener un robot ordenador en los tribunales!

--No dé ideas...
--No, porque es imprescindible que el juez sea una persona, alguien capaz de ponderar otras cosas más allá de las leyes: los valores éticos, el sentir social, el sentido común...

--Pues a veces hay jueces que parecen haberlo perdido o parecen vivir en otro mundo...
--Cohecho y prevaricación aparte, es lo peor que puede hacer un juez: ¡perder contacto con la gente, con su sociedad! Y otra cosa: ¿puede ser buen juez una mala persona?

--¡Qué buena pregunta! ¿Puede?
--¡No! Es imposible.

--¿Y por qué el de los jueces es uno de los colectivos menos valorados socialmente?
--Cierto... Los bomberos son los favoritos. Los jueces, casi los últimos. ¿Por qué? No es a causa de los jueces, sino de la estructura judicial, manifiestamente mejorable... ¡Los jueces españoles están muy bien formados!

--Eso es lo que se hace en esta escuela, ¿no?
--Sí. Los que quieren ser jueces, después de cinco años de Derecho y de cuatro años preparando oposiciones (o seis de ejercicio profesional como jurista), se presentan a la oposición para ingresar en esta Escuela Judicial.

--¿Y cuántos ingresan cada año?
--Cada año se presentan 5.000 aspirantes, de los que entran sólo unos 300. Y están aquí dos años, aprendiendo este oficio. Al acabar, se les da un destino: ¡hoy mismo salen de aquí 298 nuevos jueces, la 53 promoción!

--¿Y cómo aprenden este "oficio" de juez?
--Con casos prácticos. Se estudian casos reales, se escenifican (incluso con uso de actores profesionales), se analizan y discuten. Los futuros jueces trabajan en adjuntía con jueces en activo, entran en contacto con todos los aspectos prácticos de la judicatura...