Grup d'educació
 Genocidios  > Índice de textos sobre genocidios

Un genocidio de libro negado por motivos políticos
Guillermo Altares
. El País, 1/5/2021 (fragmentos)
Solo 30 países definen así la matanza de armenios iniciada en 1915, pese a que los historiadores no dudan en emplear el término

La palabra genocidio no se había acuñado cuando se cometió el genocidio armenio. Pero fue este crimen contra la humanidad, que a principios del siglo XX marcó el arranque de una era de exterminios en masa, el que llevó al jurista polaco Raphael Lemkin a buscar un nuevo término que definiese una atrocidad que hasta entonces no tenía nombre: el empeño de asesinar en su totalidad a un grupo étnico o religioso por el solo hecho de existir.

No es la única paradoja que rodea la deportación y exterminio, sistemático y planificado, de hasta 1,5 millones de armenios por el Imperio Otomano entre 1915 y 1918. Existe un acuerdo sin fisuras entre los historiadores independientes de que se trata de un genocidio, sin embargo, solo ha sido reconocido por 30 países -el último fue Estados Unidos la semana pasada a través del presidente Joe Biden; España no lo ha hecho todavía-. Turquía considera una ofensa, e incluso un delito dentro de la sección 301 del Código Penal, la utilización de ese término y engloba esas matanzas dentro de la Primera Guerra Mundial.

"El genocidio armenio es un hecho establecido entre los académicos", explica desde Estados Unidos Taner Akçam, director del Centro de Estudios del Holocausto y los Genocidios en la Universidad Clark (Massachussets). Definido por The New York Times como "el Sherlock Holmes del genocidio armenio", ha dedicado toda su carrera a buscar y publicar pruebas que demuestran que el asesinato de armenios no fue un pogromo desorganizado y espontáneo, sino una política de Estado de los llamados Jóvenes Turcos, que tomaron el poder en 1908 y se mantuvieron hasta 1918, cuando tras la Primera Guerra Mundial se disolvió el Imperio Otomano. En la historia otomana, la violencia contra los armenios, y los cristianos en general, era cíclica (entre 1894 y 1896 fueron masacrados 200.000 armenios), pero hasta entonces nadie se había marcado como objetivo el exterminio total.

(...)

En libros como 'A Shameful Act: The Armenian Genocide and the Question of Turkish Responsibility o Killing Orders: Talat Pasha's Telegrams and the Armenian Genocide', Akçam revela telegramas encriptados del ministro del Interior de los Jóvenes Turcos, Talat Pasha, asesinado en 1921 por un militante armenio, que no dejan lugar a dudas sobre sus intenciones. Durante años, el Gobierno turco aseguró que eran falsificaciones, pero, tras un trabajo detectivesco, Akçam demostró que eran auténticos.

En uno de ellos, en septiembre de 1915, al principio de las matanzas, Talat Pasha ordenaba: "El Gobierno ha decidido eliminar totalmente a todos los armenios que viven en Turquía. (…) Sin prestar atención a si son mujeres, niños o enfermos. Por muy trágicos que puedan parecer estos métodos de exterminio, se debe poner fin a su existencia, sin escuchar nuestra conciencia". Aunque los originales fueron destruidos, Akçam encontró fotografías de esos telegramas en Nueva York en 2015.

Existen evidencias que señalan que los nazis, antes del Holocausto, durante el que fueron asesinadas seis millones de personas, tomaron nota de lo ocurrido en Turquía para su proyecto de exterminar a los judíos europeos.

(...)

"Indudablemente tuvo mucha influencia en Lemkin como modelo de estudio y lo cuenta en su autobiografía", explica el magistrado José Ricardo de Prada, uno de los mayores expertos españoles en justicia internacional y que participó en el tribunal de apelación de la sentencia contra el genocida serbio Radovan Karadzic. "Probablemente formó parte de lo que quería englobar su concepto, lo que ocurrió es que este concepto no se trasladó, al menos del todo, a la definición que se contiene en la Convención de Genocidio y que luego se ha convertido en la definición penal de genocidio en los estatutos de los Tribunales internacionales y en los códigos penales de la mayoría de los Estados. Esta definición es mucho más limitada".

(...)

El genocidio fue una mezcla de deportaciones masivas hacia los desiertos de Siria, que entonces formaba parte del Imperio otomano, y asesinatos en masa, de las formas más brutales. La limpieza étnica fue total. "Pueblo tras pueblo, ciudad tras ciudad, eran vaciadas de su población armenia", escribe el narrador estadounidense de origen armenio Peter Balakian en su emocionante libro 'La suerte del perro negro', que publicará el Instituto Berg de Derechos Humanos en julio. Balakian mezcla los recuerdos de su familia –superviviente del genocidio– con el relato histórico de las persecuciones y narra también otra consecuencia de las matanzas: la diáspora armenia.

Ni el Holocausto ni el genocidio armenio lograron cumplir su objetivo final, borrar de la faz de la tierra a judíos y armenios. Sin embargo, sí lograron destruir culturas milenarias, la de los judíos de Europa del Este y la de los armenios de Anatolia. Tanto Auschwitz como en Deir ez-Zor, el campo en el desierto sirio donde decenas de miles de armenios fueron matados de hambre, los cementerios hebreos abandonados y las sinagogas olvidadas de Polonia o las ruinas de Ani, la capital medieval armenia, arrasada en 1921 por las autoridades de la naciente Turquía, recuerdan las ausencias que dejó atrás el horror del siglo XX, el silencio de las víctimas y el error de olvidar.