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La verdadera y la falsa violencia de sexo
Isabel del Pozo.
El Periódico, 18-12-2008
Hay hombres que merecerían una condena superior a la cadena perpetua, si esto fuera posible, pues abusar de alguien por la superior fuerza que suele conllevar pertenecer al sexo masculino es deprimente y horrible. Pero todo en esta vida tiene dos visos, ya que existen esposas capaces de utilizar las agresiones sexuales que verdaderamente sufren otras mujeres para así disfrutar de una ventaja frente al marido --gracias a la fuerza que le da la ley--, a veces con el único objeto de apropiarse de una vivienda y tener derecho a una manutención. La justicia permite que un inocente duerma en prisión porque la desidia policial consiente que mujeres culpables sean consideradas víctimas por su sexo. ¿Acaso debemos las mujeres ser tratadas como inferiores solo por nuestro sexo? Para muestra, un botón: una mujer llama a la policía (o al número de malos tratos) para denunciar que su pareja, en presencia de sus hijas --de corta edad--, la insulta y la maltrata. ¿Qué ocurre? La policía acude y detiene al marido.

Otro ejemplo: un hombre realiza esta misma acción, llama a la policía (él no cuenta con un número dedicado a su especie) con la intención de denunciar a su pareja por insultos y amenazas, también ante unas niñas de corta edad. ¿Qué ocurre entonces? Que la autoridad se presenta y también lo detiene a él. Al menos esto es lo que ocurrió el 23 de noviembre en Palau-solità i Plegamans. Propongo formar una plataforma de defensa de hombres inocentes. Es importante que nos impliquemos las mujeres que tengamos familiares o amigos en situaciones similares, así como toda aquella que aborrezca las injusticias.