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Miles de palestinas se resignan a vivir con polígamos

Ana Carbajosa. El País, 6-10-2012 (fragmentos)
La ley islámica permite a un hombre casarse hasta con cuatro mujeres
Una mujer tiene un marido. Un marido tiene hasta cuatro mujeres. Esta es la realidad en algunos hogares del mundo árabe, donde la poligamia es simplemente una opción legal más. En los territorios palestinos, la mayoría de los hombres optan por convivir con una sola mujer, pero la sharia, la ley islámica que rige para el derecho de familia permite casarse hasta con cuatro mujeres. En Hebrón, la mayor ciudad de Cisjordania, los matrimonios polígamos son el 10%.

Para los hombres, la poligamia es una opción que les permite satisfacer sus apetencias a medida que surgen durante su vida. Para muchas de ellas, casarse con un hombre que tiene otras esposas o aceptar que su marido se case de nuevo es solo fruto de la resignación y de la falta de alternativas, en una sociedad que ofrece escasas salidas a las solteras y divorciadas. Las menos, están convencidas de que la poligamia es un sistema que funciona y que tiene la ventaja añadida de que respeta los preceptos islámicos.

En Cisjordania, el debate es intenso y las bromas constantes. Amenazar con casarse con una segunda mujer es un chascarrillo recurrente entre algunos hombres palestinos. Para las mujeres, la broma deja de tener gracia el día que sucede de verdad.

Um Mohamed Abu Zeinab tiene 39 años y todavía no se ha recuperado del disgusto. Un buen día, después de 13 años de matrimonio, la familia de su marido le lanzó la noticia bomba. Su esposo, abogado de profesión, se había vuelto a casar. Cuando el recién casado llegó a casa, dio pocas explicaciones; aquello fueron más bien instrucciones. A partir de ahora, en lugar de vivir en la parte de arriba de la casa familiar, Um Mohamed debía trasladarse al sótano con sus cuatro hijos. El piso de arriba lo ocuparía la nueva esposa. Allí, enterrada en vida, sin luz natural ni ventilación, Um Mohamed se planteó qué podía hacer. Qué alternativas tenía. No podía volver a casa de sus padres, porque viven en Jordania, y allí los niños no tendrían pasaporte ni derecho a escuela pública. ¿Divorciarse? "No. Aquí el divorcio es un estigma para la mujer. Nadie te ayuda. Por eso, por la presión social y por mis hijos, decidí seguir casada", relata esta mujer, que ahora se gana la vida vendiendo maquillaje y lencería que trae de Jordania.

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El caso de Um Mohamed es muy extremo por las condiciones a las que su marido la sometió. Pero sus razonamientos e interrogantes son bastante representativos de los dilemas a los que se ven sometidas las mujeres que de repente se ven atrapadas en esta situación. ¿Qué hacer? Es lo primero que se preguntan. Las respuestas dependen en gran medida de las circunstancias económicas y familiares de cada mujer, pero la presión social, como dice Um Mohamed, también juega un importante papel.

Las mujeres que se divorcian, lo tendrán más complicado para volver a casarse, pero además, es muy probable que pierdan la custodia de sus hijos si lo hacen. Divorciarse además, equivale a volver a casa de los padres. Vivir sola es inaceptable en casi toda Cisjordania. Para colmo, es muy frecuente que los padres tiendan a culpar a las hijas en caso de divorcio. "Algo habrás hecho", "no te has cuidado lo suficiente"… son algunos de los latiguillos obligadas a soportar.

Saida Bader, directora de un orfanato de Hebrón, representa la otra cara de la moneda. Para ella lo de que su marido tenga más de una mujer son todo ventajas. Es la segunda mujer del doctor Maher Bader, un parlamentario del movimiento islamista Hamás, que tiene seis hijos del primer matrimonio.

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La directora enumera las que a su juicio son las ventajas del modelo polígamo: "si por ejemplo una de las mujeres cae enferma, la otra puede cubrir las necesidades sexuales del hombre. O si no puede tener hijos. O si sólo puede tener hijas y no varones… Además, algunos hombres tienen un poder sexual increíble y para ellos, una mujer no es suficiente. Por eso, el islam lo soluciona con una segunda mujer, en lugar de que el hombre se vaya a buscar novias por ahí". Y detalla cuáles son las instrucciones de dios a cumplir en el caso de los matrimonios múltiples. "El marido tiene que ser justo, es decir cubrir las necesidades de las dos familias y la segunda mujer nunca tiene que pedir al marido que se divorcie de la primera. Si el marido desatiende sus obligaciones, quedará paralizado de medio lado".

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Desde el punto de vista legal, ha habido grandes avances en los últimos tiempos para las palestinas. Hace aproximadamente un año, una nueva interpretación de la ley existente estableció que un palestino no puede casarse por segunda vez hasta que la primera mujer no haya sido informada. El presidente del tribunal de sharia de Hebrón, el jeque Abdelkadrer Idris ofrece detalles y razonamientos de toda índole en su despacho, situado en pleno casco histórico de Hebrón, ocupado por cientos de colonos y patrullado día y noche por el Ejército israelí. "Ahora el marido no puede actuar espontáneamente. Si la primera mujer no lo sabe, el juez enviará a un funcionario a comunicárselo antes de autorizar el segundo matrimonio".

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