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El
humor; reírse de uno mismo o de los demás
Sigmund
Freud. El humor (artículo escrito en 1927 - fragmento)
http://psicopsi.com/El-humor
(2014)
El proceso humorístico
puede consumarse de dos maneras: en una única persona, que adopta
ella misma la actitud humorística, mientras a la segunda persona
le corresponde el papel del espectador y usufructuario, o bien entre dos
personas, una de las cuales no tiene participación alguna en el
proceso humorístico, pero la segunda la hace objeto de su consideración
humorística. Para detenernos en el más grosero ejemplo (2),
cuando el delincuente que es llevado al cadalso un lunes manifiesta: «¡Vaya,
empieza bien la semana!», desarrolla él mismo el humor, el
proceso humorístico se consuma en su persona y es evidente que le
aporta cierta complacencia. A mí, el oyente no involucrado, me alcanza
en cierto modo un efecto a distancia de la operación humorística
del criminal; registro, quizá de manera semejante a él, la
ganancia de placer humorístico. El segundo caso se presenta cuando,
por ejemplo, un literato o un pintor describen con humorismo los modales
de personas reales o inventadas. No hace falta que estas últimas
muestren humor ninguno, la actitud humorística es asunto exclusivo
de quien las toma por objeto y, como en el caso anterior, el lector o espectador
pasa a participar del goce del humor. Resumiendo, entonces, uno puede dirigir
la actitud humorística -no importa en qué consista ella-
hacia su propia persona o hacia una persona ajena; cabe suponer que brinda
una ganancia de placer a quien lo hace, y que al espectador no involucrado
le corresponde una pareja ganancia de placer.
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