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Humor
responsable
Manuel
A. Junco, "Mahoma y los graciosos" (fragmento)
weblogs.madrimasd.org/humoryciencia/archive/2006/03/09/15333.aspx
(2007)
¿Si el humor
es básico y necesario, si es lo que nos hace sobrellevar determinadas
tensiones y durezas de la vida, no sería bueno que este humor fuera
responsable? ¿O el humor es intocable, incuestionable, sagrado,
oportuno en cualquier tiempo y ocasión? ¿Hay que defender
una broma sobre muertos en un velatorio, un chiste subido de tono ante
una audiencia infantil, un divertido petardo en una reunión de victimas
del terrorismo, una graciosa cerilla en un polvorín? Todos sabemos
cuando una broma es responsable y cuando no.
Y es que hay muy
distintos tipos de trasgresión humorística y no todos plausibles.
El humor siempre se vale de los tópicos sociales y se mueve como
el pez en el agua en determinados géneros de limitadas miras. Todos
conocemos chistes sexistas, homófobos, racistas, violentos, guarros
y en general "políticamente incorrectos". El humor es trasgresor
por propia naturaleza y debe moverse en el contrapunto, en lo informal,
en lo contrario, en lo crítico, en definitiva en el descubrimiento
de los intersicios de nuestro "orden" y en los puntos débiles de
nuestras "formas". Por supuesto que es esencialmente subversivo. Por eso,
por ser incorrecto y necesario a la vez, se vale de fórmulas de
aviso, de lugares marcados, de momentos adecuados, de tonos y precauciones
y si no es así, de obligadas rectificaciones.¿Cuántas
veces uno ha tenido que decir "era una broma", "no era mi intención
que lo tomaras en serio", etc.? |