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El
humor gráfico del franquismo y la formación de un territorio
translocal de identidad democrática
Cristina
Peñamarín. (fragmentos)
www.ucm.es/info/per3/cic/Numero7/18Penamarin.pdf
(2003)
El humor gráfico
es un espacio muy adecuado para observar la dinámica social de contestación
de los territorios impuestos como ámbito común al pensar
y sentir de todos y de apertura de nuevos procesos de territorialización
en torno a otros referentes que se tratan de destacar y valorizar. Este
tipo de textos procura siempre crear una complicidad con su destinatario,
que ha de entender algo que no está dicho explícitamente,
sino sugerido a través de las palabras, el modo de pensar o de mirar
propio de otro u otros, las cuales son burladas o desmentidas por el texto
mismo.
[...]
Durante el franquismo,
no estaba permitido ningún discurso crítico explícito
y éste no existía, fuera de las publicaciones clandestinas,
que circulaban con considerable riesgo entre grupos reducidos (A. Melloni,
C.Peñamarín, 1980). Pero los espacios y las publicaciones
de humor, medios legales dirigidos a un público amplio, fueron introduciendo
una visión crítica de España, crítica que necesariamente
había de estar basada en valores positivos implícitos, que
la censura no habría permitido hacer explícitos.
Durante mucho tiempo,
el humor que cabía en las escasas publicaciones que se dedicaban
a ello, como La Codorniz, una revista literaria y gráfica nacida
en 1941, y en cuya audiencia había tanto derechistas como demócratas,
había de ser completamente ajeno a la realidad del país (I.Tubau,
1987). Pero el humor se convierte progresivamente en un campo de batalla,
entre otros. Sirviéndose de la técnica de la contraposición,
el choque entre dos perspectivas incompatibles de las que una, con la complicidad
de la audiencia, desmiente o burla a la otra, el humor comienza a cuestionar
los valores comunmente aceptados, a resignificar los tópicos sociales;
saca a la luz los tabúes, invierte las jerarquías de prestigio,
etc.
[...]
El humor gráfico
contribuyó durante el franquismo -junto con muchos otros medios,
géneros y discursos, con movimientos sociales y políticos
de oposición: vecinales, obreros, estudiantiles, feministas, etc.-
a la formación de una comprensión y evaluación del
mundo social compartida por una amplia mayoría de españoles
que, si descubrió o, en el caso de los mayores, redescubrió
la democracia y la libertad efectivas tras la muerte de Franco, mucho antes
las había imaginado y deseado y había participado en una
forma, a menudo secreta o sobreentendida, de lucha por ella y de reflexión
colectiva sobre su necesidad en los diferentes ámbitos sociales. |