El humor, por ejemplo, se ha visto como un índice notable de inteligencia. Sobre esta idea, los psicólogos de la universidad Wesleyana y del Smith College han hecho experiencias con varios centenares de alumnos y alumnas de ambas instituciones. Se sometieron a su consideración chistes de todo tipo, desde los más extraordinariamente divertidos hasta los más extremadamente tontos. Los resultados fueron muy esclarecedores. Los hombres encontraron, en general, mucho más divertidos todos los chistes cualesquiera que fuesen, y les dieron una puntuación más alta. Las mujeres se comportaron con más matices. No les divertían los chistes tontos, pero a algunos de los realmente divertidos les dieron más puntos que los hombres. Si se tiene en cuenta la estrecha relación entre el sentido del humor y la inteligencia elevada, las mujeres en estas pruebas se mostraron a más altura que los hombres.