Declaración
de Estocolmo
Amnistia
Internacional, 1977
La Conferencia de Estocolmo sobre la Abolición de la Pena de Muerte, integrada por más de doscientos delegados y participantes de África, Asia, Europa, Oriente Medio, América del Norte, América del Sur y el Caribe,Recordando:
Considerando:
- que la pena de muerte es el castigo extremo, el más cruel, inhumano y degradante, y viola el derecho a la vida;
Afirma:
- que la pena de muerte es usada frecuentemente como instrumento de represión contra la oposición, contra grupos raciales, étnicos, religiosos y sectores marginados de la sociedad,
- que la ejecución de un condenado constituye un acto de violencia, y la violencia tiende a causar más violencia,
- que el imponer e infligir la pena de muerte embrutece a todos los que participan en el proceso,
- que la pena de muerte no ha demostrado jamás un efecto disuasorio,
- que la pena de muerte está adquiriendo progresivamente la forma de "desapariciones" inexplicadas, ejecuciones extrajudiciales y asesinatos políticos,
- que la ejecución es irrevocable y puede ser infligida a inocentes;
Declara:
- que es deber del Estado proteger sin excepciones la vida de toda persona dentro de su jurisdicción,
- que las ejecuciones con fines políticos de coacción llevadas a cabo tanto por los gobiernos como por otros organismos son igualmente inaceptables,
- que la abolición de la pena de muerte reviste un carácter imperativo para poder alcanzar así los modelos establecidos internacionalmente;
Exhorta:
- que se opone total e incondicionalmente a la pena de muerte,
- que condena todo tipo de ejecución llevada a cabo o tolerada por los gobiernos,
- que se compromete a trabajar por la abolición universal de la pena de muerte;
- a las organizaciones no gubernamentales, nacionales e internacionales, a trabajar colectiva e individualmente para proporcionar material informativo para uso público a favor de la abolición de la pena de muerte,
- a todos los gobiernos a tomar medidas para la total e inmediata abolición de la pena de muerte,
- a las Naciones Unidas a declarar sin ambigüedades que la pena de muerte es contraria al derecho internacional.