Derechos humanos y artes plásticas
Carmen Maura (entrevistada por María José Atienza). www.diariovasco.com 7-3-2007
Desde la prehistoria hasta el momento actual, la presencia de la mujer en el arte da para escribir una colección de libros, a pesar de haber estado oculta durante demasiado tiempo. Carmen Maura descubrirá mañana, en la sala de conferencias del Amaia, algunas historias de artistas tan grandes como desconocidas.- ¿Puede avanzarnos el contenido de su conferencia 'La mujer en el arte'?
- Es un intento de averiguar por qué la mujer no ha tenido una presencia más importante en el arte como hacedora, porque como modelo, como musa, sí la ha tenido. No puedo creer que no haya mujeres capaces de ser un Mozart, un Goya o un Shakespeare. De ahí la curiosidad que me ha llevado a investigar este tema desde hace ya varios años. En la conferencia, que va acompañada de unas cien imágenes, voy a hablar sobre mujeres pintoras, escultoras, fotógrafas...que han hecho un trabajo extraordinario. Pero hay otras muchas que no han salido a la luz y de las que nunca sabremos nada.- Algunas de estas artistas pudieron dar a conocer su talento a través de un nombre de varón.
- Las que tenían más potencia, más fuerza y lucharon más, consiguieron hacer sus creaciones, generalmente detrás de algún hombre. Firmaba el padre, el hermano o el esposo, pero ellas siempre pasaron desapercibidas. Hay historias como la de la hija de Tintoretto, Marieta, que fue la hacedora de la mayoría de los cuadros de su padre. El Papa le dio una bula para que pudiera vestirse de hombre y así acompañar a Tintoretto a hacer murales y trabajos fuera del taller. Se sabe que, desde la prehistoria, la mujer ha pintado. En época romana, Plinio el Viejo nos cuenta que hay muchas mujeres pintoras. En la Edad Media, nos encontramos con que los códices y todas esas maravillas que se hacían para adornar los libros sagrados estaban hechos más por monjas que por monjes. Hay, además, muchas anécdotas curiosas. En el siglo XIX, la Academia de Bellas Artes de París reconoció que había dos mujeres muy importantes que debían estar integradas como miembros de número. Llegó un momento, en el que se planteó hacer un retrato de todos los académicos. Algunos de ellos se negaron a sentarse con las dos mujeres para posar. Pero ellas debían estar, porque eran académicas de número. El problema se solucionó colgando de la pared unos cuadritos, con las caras de las dos mujeres de perfil.- Las cosas han cambiado, pero habrá quien siga pensando que hay un arte 'femenino'.
- Yo no quiero ponerme como ejemplo de nada, pero hay personas que me han dicho: 'Pensábamos que esa pintura la había hecho un hombre', porque es una pintura muy arquitectónica, un poco dura y solitaria. Y me lo han dicho como si fuera un elogio. Muchas veces me he planteado esa pregunta. ¿Una persona puede ir a un museo y distinguir qué cuadro está pintado por un hombre y cuál por una mujer? Yo creo que no. Es algo que no se distingue y si alguna vez se ha distinguido, ha sido por los temas a los que obligaban a las mujeres. Hoy en día, que se puede pintar lo mismo, no se distingue. Igual que en la literatura. Las hermanas Brönte tenían que escribir unas novelas amorosas, sin ninguna agresividad, asexuadas. Eso, afortunadamente, no ocurre ahora.- Cada vez hay más mujeres dedicadas a la actividad artística.
- Actualmente, estamos mejor. Nos encontramos más mujeres que somos capaces de hacer arte, pero sigue siendo muy difícil. Las mujeres somos madres, hemos tenido durante años y años ese papel y el sentimiento de madre, muchas veces, es contraproducente. Lo digo con todos mis respetos, porque para mí ser madre es lo más importante que me ha pasado en la vida. La mujer se empareja, se queda embarazada y ahí se termina mucha parte de su fuerza, porque, si quiere seguir trabajando, encuentra muchísimos obstáculos, no sólo físicos y laborales, sino dentro de ella misma, de mala conciencia porque siente que está abandonando a su hijo. Eso, el hombre no lo tiene. Yo creo que para que una mujer sea absolutamente libre, independiente y auténtica es muy difícil que pueda ser madre. Si es madre, va a estar siempre mediatizada. Tratará de llegar a todo y se sentirá culpable por dejar el trabajo a medias y por dejar a su hijo al cuidado de otra persona. Es algo inhumano, pero es así..