Un saco de canicas
Joseph Joffo (Un sac de billes, 1973)
Grijalbo / Círculo de Lectores, 1975. Traducción: Luis M. Todó
(los números corresponden a las páginas de esta edición)---
Mamá está sentada en una silla detrás de la mesa. Lleva un dedal y un hilo negro tiembla entre sus manos. Sonríe tan sólo con los labios.
Me vuelvo hacia Maurice. Está bajo la pantalla de la lámpara, inmóvil. Con la palma de la mano alisa la solapa izquierda en la que le han cosido una estrella amarilla.(...)
Cuando una lleva esto, no le queda ya mucho por hacer: no puede ir al cine, ni subir en un tren, a lo mejor ya ni podremos jugar a las canicas, a lo mejor tampoco podremos ir al colegio.
23(...)
-¿Eres un judío, tú?
Resulta difícil decir que no cuando uno lo lleva escrito en la solapa de la chaqueta.
-La culpa de que haya guerra la tienen los judíos.
25(...)
Pero ¿qué es lo que acaba de suceder? Yo era un crío, con mis canicas, mis sopapos, las carrerillas, los juguetes, las lecciones que estudiar, papá era peluquero, mis hermanos también, mamá guisaba, y los domingos papá nos llevaba a Longchamp a ver los caballos y a tomar el fresco, toda la semana al cole, y se acabó. Pero un buen día, de repente, me cosen unos centímetros cuadrados de tela en la solapa, y me convierto en judío.
26(...)
Lo que me quedó grabado de aquella mañana, más que los golpes, más que la indiferencia, fue aquella sensación de no poder comprender. Tenía el mismo color que los demás, la misma cara, había oído hablar de distintas religiones, y en el colegio me habían enseñado que antiguamente la gente se peleaba por esas cosas, pero yo no tenía religión, incluso los jueves iba con otros chicos del barrio al patronato, jugábamos a baloncesto detrás de la iglesia, lo pasábamos estupendamente, y luego el cura nos daba una buena merienda, pan moreno con chocolate, el chocolate del tiempo de la ocupación, con una pasta blanca en el centro, viscosa y lejanamente dulce. A veces llegaba a darnos un plátano deshidratado o una manzana... Mamá estaba tranquila, prefería sabernos allí a pensar que andábamos corriendo por la calle, paseándonos por los puestos de antigüedades de la puerta Saint-Ouen, o robando maderos de los derribos para construirnos cabañas o espadas.
29(...)
Seis días. Seis días hace ya que nos tienen detenidos y no nos sueltan. Hubo otro interrogatorio la mañana del tercer día y otro la tarde del cuarto. Y desde hace dos días, nada. Maurice ha preguntado al intérprete cuando nos cruzamos con él en un pasillo. Parece que están tramitando nuestro expediente, y que los alemanes esperan algún hecho más decisivo para clasificarlo de forma definitiva: es decir, para liberarnos o deportarnos.
171(...)
El párroco de La Buffa vino tres días más tarde. Se sentó en una silla que le trajo un S.S. Fue una muestra de respeto muy poco frecuente en el Excelsior, pero fue la única. Pasó tres horas inmóvil sin pronunciar una sola palabra.
Al cabo de este tiempo, vinieron a avisarle de que no le recibirían.
Se puso de pie y llamó con el dedo a un intérprete que pasaba por el pasillo. Con voz suave y mesurada explicó que comprendía muy bien que los servicios de la Gestapo estuviesen sobrecargados de trabajo, y que así pues volvería a partir de mañana a las siete, se quedaría hasta la hora de cierre, y eso hasta la victoria del III Reich si era preciso, de forma que pudiera evitar que los servicios administrativos nazis cometieran un tremendo error del que sufrirían dos niños. Se permitía añadir que Monseñor el Arzobispo, que estaba informado de sus gestiones, estaba decidido a intervenir en las altas esferas, en Berlín, si fuese necesario.
A medida que iba hablando, a su alrededor se formaba un grupo de S.S., y, cuando el bueno del cura contaba esta historia, nunca se olvidada de añadir: "después de mi discurso, todos se quedaron mirando, y poco faltó para que les diera la bendición".
Nos habíamos topado con el cura más testarudo, más humorista y más empeñado en arrancar a los judíos de las garras de los alemanes, que existía en el departamento de los Alpes Marítimos.
184, 185(...)
A menudo la vida depende de poca cosa, aquel año puedo decir que no dependió de nada para nosotros. Simplemente del hecho que, habiéndonos detenido un viernes, habíamos entrado en el hotel Excelsior cuando el convoy semanal quiso que nos abrieran un expediente. Pocos entre nosotros gozaron de tal suerte.
Fue el cura el que se nos llevó cogidos de la mano. Cuando el hombre de la chaqueta de tweed firmó el acta de liberación, nuestro cura se la metió en el bolsillo como si fuera algo que se le debía desde hacía tiempo.
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1. Haz un resumen del texto.
2. Después de la publicación del libro, Joseph Joffo se dedicó a dar charlas en las escuelas, para explicar su experiencia y recordar que el genocidio nazi ocurrió realmente (entonces ya existían personas negacionistas). ¿Son necesarios, este tipo de testimonios, y de modo especial en las escuelas, para reducir las posibilidades de que en un futuro puedan repetirse hechos tan terribles?
3. Si no se educara "en la diferencia", si no se inculcaran nunca, en ninguna sociedad, los mensajes racistas, xenófobos o religiosos integristas, ¿sería suficiente para erradicar la mayoría de los problemas de convivencia de la humanidad?
4. Joseph Joffo y su hermano se salvan de los alemanes gracias a la protección de un sacerdote católico. El suyo no fue un caso aislado: sobre todo en Francia, muchas personas y organizaciones, religiosas o no, contribuyeron a la ocultación y huida de judíos. Teniendo en cuenta que después de la guerra muchas personas fueron acusadas de colaboracionismo, y la Iglesia en ocasiones también, ¿es bueno recordar casos como el de los hermanos Joffo, para evitar las generalizaciones?
5. Durante la Segunda Guerra Mundial, en Hungría, entonces aliada de Hitler, se llegó a crear un campo de concentración/exterminio dedicado exclusivamente a niños (en Sisak, dependiente del campo principal de Jasenovac). ¿Cómo te explicas que se llegara a estos extremos?
6. ¿Cuál es la explicación de que, en la actualidad, siga habiendo personas que defienden la ideología supremacista y racista nazi?