Tortura | > Índice de textos sobre la tortura |
A partir del testimonio de un antiguo agente de los servicios secretos marroquíes, Ahmed Bukhari, de guardia en Rabat durante aquel trágico fin de semana de la fiesta de Todos los Santos, la operación fue decidida por el rey Hassan siete meses antes y ejecutada por los hombres de Ufkir con apoyo de agentes y cómplices franceses. El propio Ufkir y su adjunto dispusieron la repatriación clandestina del cadáver del líder opositor a Rabat, donde fue disuelto en una cuba de ácido. El juez parisino Jean-Baptiste Parlos amplía actualmente las investigaciones a partir de la declaración de los testigos citados por Bukhari.
Según la minuciosa primera parte del relato periodístico de "Le Monde", Ben Barka fue detenido a las 12.30 del 29 de octubre de 1965 frente a la célebre brasserie Lipp del bulevar Saint-Germain por dos policías franceses reclutados por los servicios marroquíes. Condenado a muerte dos veces y exiliado desde 1963, Ben Barka era perseguido desde hacía siete meses por el régimen de Hassan. Engañado por sus captores, el líder marroquí fue conducido a una residencia de Fontenay-le-Vicomte. La aparición de Dlimi y, posteriormente, del propio Ufkir, desplazados de urgencia desde Rabat para repatriar clandestinamente al detenido, reveló al infortunado dirigente su verdadera situación. La operación cambió de sesgo al fallecer a las pocas horas, víctima de las torturas.