Tortura | > Índice de textos sobre la tortura |
Adriana contaba cómo se quebró en la tortura, no aguantó el dolor y delató a unos amigos.
Eso debe de ser
espantoso.
Vio como les quitaban
a su bebé y quedó destrozada. La mayoría no aguantó
la tortura y vive avergonzada, porque la gente quiere ser heroica. Pero
la fortaleza radica en asumir tu fragilidad; el valor reside en hacerte
cargo de tu propia historia, no maquillarla.
¿Ella no
los canjeó por su libertad?
No, simplemente
no aguantó el dolor. Vivió 13 años de cárcel
y torturas, ella y sus hijos adolescentes. Y muchos años después
su torturador le vino a pedir trabajo.
¡. ..!
Entre los esquiladores
de ovejas apareció un tipo: "¿Cómo estás?...,
¡pero no te acuerdas de mí!". Y de golpe le vino a la mente
la siguiente escena: ella cuelga de sus propias manos, le tiran a los pies
a su hijo, de 13 años, desnudo y desmayado. Ese hombre lo patea,
le pisa los genitales, le golpea una y otra vez. Entonces ella le dice:
"Se te va a secar esa mano con la que haces tanto daño".
Qué locura.
Esto es la impunidad.
El perdón del Estado implica que los torturadores no entiendan lo
que hicieron y que piensen que hoy pueden ser amigos de sus víctimas,
no tienen dimensión ética. Si no hay ni siquiera un reconocimiento
de lo que pasó (en la prensa, en la educación, en la memoria
colectiva…), la tortura se convierte en una anécdota.
¿Se le
secó por lo menos el brazo?
Pues sí,
y la mujer me decía: "¡Yo no tengo nada que ver con eso!".
Hay algo artificial, sobrevalorado y manipulador en la idea de que los
grandes saltos políticos están en manos de héroes,
mártires, ideólogos, estadistas o elegidos. De la misma forma
se responsabiliza de los grandes males a un malvado o psicópata
en el poder, llámese Hitler, Pinochet, Stalin, Franco…
Detrás
de ellos hay individuos indiferentes.
Sí, más
allá de esos malvados hay una sociedad entera que en determinado
momento acepta determinado proceso.
Veo que a usted
no le gustan los mitos.
La idea mitificada
del guerrillero hay que cuestionarla porque escamotea la verdad. Ellos
hicieron historia de la misma manera que la hacemos cada uno de nosotros
con nuestras decisiones, porque la construcción histórica
está en todos los niveles. Las decisiones individuales impactan
colectivamente; si nos consideramos víctimas de las circunstancias,
no nos responsabilizamos de nada.
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