Tortura | > Índice de textos sobre la tortura |
El hecho es el siguiente: en ciertas checas de Barcelona construidas durante la Guerra Civil por los que entonces eran llamados rojos y que, mediante métodos de tortura, estaban destinadas a hacer hablar a quienes allí permanecían detenidos, se ideó una modalidad de tortura distinta, la llamada de "métodos psicotécnicos". Éstos consistían en la decoración de la checa con unos dibujos geométricos que conseguían marear y obsesionar visualmente al recluso. El parecido de los dibujos con ciertas obras de la Bauhaus, especialmente con algunas de Kandinsky de la década de 1920 (Tres sonoridades amarillas, de l926) o con las de otros pintores abstractos, como Moholy Nagy y Johannes Itten, es sorprendente.
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Las celdas de tortura se empezaron a construir en mayo de l938 y, evidentemente, no se mostraron nunca a los periodistas extranjeros que cubrían la información sobre la zona republicana. A ellos se les mostraban otras instalaciones de la misma casa que servía de prisión, para dar una imagen de humanidad con los reos. Pero en realidad las checas eran antros de aproximadamente 2 metros de altura, 1,5 de ancho y 2 de largo, alquitranados por dentro y por fuera para que el espacio se recalentara con la luz del sol y produjera un calor insoportable. El preso jamás conseguía descansar, porque la inclinación del 20% que se había dado a la tabla que servía de cama impedía todo reposo. Un poyo adosado a la pared impedía sentarse, pues hacía resbalar el cuerpo hasta el pavimento. Si el desgraciado quería pasear por el estrecho cubículo, topaba con unos ladrillos y otros cuerpos geométricos esparcidos por el suelo y destinados a impedir cualquier movimiento. Entonces sólo le quedaba contemplar las cuatro paredes, una de las cuales era curva, y lo que veía eran figuras de ilusión óptica, como dameros, cubos, círculos de colores, espirales y diversas tramas o rejillas.