¿Qué es el Ébola?
También llamada fiebre hemorrágica del Ébola, es una
enfermedad vírica aguda grave. La infección provoca fiebre,
debilidad y dolor de músculos, cabeza y garganta. Seguidamente aparecen
los vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción
renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas.
¿Es un virus mortal?
La tasa de letalidad es elevada. Sin embargo, dependiendo de los brotes y
de los subtipos del virus, las muertes provocadas por el virus oscilan entre
el 25% y el 90% de los afectados.
¿Cómo se transmite?
Entre humanos, el virus se propaga por contacto estrecho con la sangre, secreciones,
órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas.
Los enterramientos en los que se realiza algún tipo de contacto directo
con cadáveres afetados también pueden contribuir de forma significativa
a la transmisión. El periodo de incubación varía de 2
a 21 días.
¿De dónde viene?
Se considera que el reservorio natural del virus son los murciélagos
de la fruta, concretamente las especies Hypsignathus mostrosus, Epomops franqueti
y Myonycteris torquata. También son huéspedes -aunque se cree
que accidentales- primates no humanos como los chimpancés y gorilas.
El virus llega a los humanos a través de los animales salvajes -por
ejemplo al comer carne infectada poco cocinada- y luego empieza a propagarse
por un contacto directo de persona a persona. El virus ha recibido ese nombre
porque se detectó por primera vez en una aldea de República
Democrática del Congo cercana al río Ébola. Era 1976
y casi simultáneamente hubo otro brote epidémico en Sudán.
¿Hay algún tratamiento?
Por el momento no hay ningún tratamiento específico ni vacuna
disponible (hay algunos proyectos en experimentación).
¿Cómo se puede prevenir la
infección?
Principalmente, el riesgo de infección se reduce evitando el contacto
con sangre o fluidos corporales potencialmente contaminados. Así, cuando
existe un brote de Ébola se recomienda utilizar guantes y otras prendas
protectoras para manipular animales como los murciélagos de la fruta
o los monos. Sus productos deben cocinarse apropiadamente antes de su consumo.
Se debe evitar el contacto físico estrecho con pacientes infectados
y deben utilizarse guantes y un equipo de protección adecuado para
atender a los enfermos. Se recomienda lavarse las manos con asiduidad. Los
enfermos que han fallecido a causa de la infección deben ser sepultados
de manera segura (sin contacto directo con otras personas) y rápidamente.
También se aconseja adoptar medidas de precaución en granjas
de cerdos para evitar un brote derivado de su contacto con murciélagos
de la fruta. Hay que tener en cuenta que la transmisión por semen infectado
puede producirse hasta siete semanas después de la recuperación
clínica.
¿Cuál es el riesgo para los
sanitarios?
Cuando se produce un brote, a menudo el personal sanitario se contagia, fundamentalmente
por no adoptar precauciones -como guantes, mascarillas o gafas de protección-
o por no establecer los procedimientos adecuados para el aislamiento de los
enfermos.
¿Dónde se han producido los
brotes epidémicos?
Hasta la fecha, los brotes se han producido principalmente en aldeas remotas
de África central y occidental, cerca de selvas tropicales. Sin embargo,
la epidemia que actualmente afecta a Guinea ya ha llegado a la capital, Conakry.
¿Cómo se diagnostica?
Puede confundirse con otros problemas, como el paludismo, el cólera,
la peste, la fiebre tifoidea u otras fiebres de tipo hemorrágico. Por
eso, para confirmar la enfermedad son necesarias pruebas de laboratorio, como
el aislamiento del virus mediante cultivo celular, una prueba de tipo ELISA
o una prueba de detección de antígenos, entre otros test.