"La clonación se ha vuelto un tema controversial desde 1996, cuando nació por este medio la oveja Dolly. Eso generó una discusión a nivel internacional que no ha terminado", explicó el doctor Ricardo Tapia Ibargüengoytia, investigador del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM.
Después de Dolly, el procedimiento de clonación se realizó en una importante cantidad de mamíferos como ratones, caballos, perros, gatos y vacas.
Sin embargo, el debate no se había vuelto a encender hasta la semana pasada, cuando un grupo de científicos chinos anunció que clonó a dos primates genéticamente idénticos.
Zhong Zhong y Hua Hua, de pocas semanas de vida, se han presentado como los primeros primates en llegar al mundo gracias a la técnica que hizo posible a Dolly hace 20 años, aunque en realidad no ha sido exactamente igual.
En vez de utilizar células adultas se emplearon núcleos tomados de células fetales. Sin embargo, debido al parecido genético de los primates con los humanos, el tema de la clonación en la especie humana ha vuelto a ponerse sobre la mesa.
"Existe un problema biológico. Si intentas clonar a un humano, ¿cómo es posible que el núcleo de sus células contenga la misma información genética en el ser que se replica?", cuestionó Horacio Merchant Larios, biólogo del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, durante la conferencia "¿Estamos cerca de la clonación de humanos?", organizada por la institución educativa.
Para los especialistas, la clonación humana no resultaría un grave problema si se hiciera solamente para fines terapéuticos, es decir, como una forma de clonar órganos que pudieran servir para ser trasplantados y ayudar en el tratamiento de enfermedades crónico degenerativas.
"Eso garantizaría que los órganos trasplantados, por ejemplo, no tuvieran rechazo inmunológico y se podrían atacar enfermedades que hasta ahora no tienen cura", indicó Tapia Ibargüengoytia.
Merchant Larios estimó que aunque existe la posibilidad, clonar humanos es muy difícil debido a la complejidad de las células humanas.
"Es poco posible que el núcleo de las células contenga la misma información genética que se replica y hereda en todas las células del organismo", señaló.
En el caso de que se diera el paso definitivo y la ingeniería genética hiciera posible un clon humano, su creación estaría repleta de dilemas éticos.
"Un clon será una persona sin una identidad individual, no es solo la identidad biológica, sino el significado sobre el que construimos nuestra identidad. Al final, el clon se preguntará ¿quién soy en realidad?", opinó la doctora Lizbeth Sagols, titular de ética y bioética de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
A su juicio, la razón para que alguien quiera tener una réplica genética puede ser inconfesable.
"Quizás tenga que ver con el narcisismo, con un deseo de eternizarse en una copia, o puede ser que alguien quiera así crear un ejército de trabajadores; puede ser algo realmente algo tenebroso", sentenció.
Para Sagols, la principal preocupación debería ser la finalidad con la que se va a llevar a cabo la clonación.
"Eso es básico. Si se realiza, se debería crear un Comité Interdisciplinario para proteger al clon, porque no se sabe qué riesgos fisiológicos o biológicos hay", apuntó.