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Las adorables gemelas que cantan himnos nazis
Marta G. Hontoria.
La Razón, 18-12-2005
Se llaman Lynx y Lamb, tienen 13 años, defienden la supremacía de la raza aria (...)
Con trece años, las gemelas de California Lynx y Lamb quieren ser el nuevo dúo infantil que triunfe en el mundo del pop. De sonrisa angelical, ojos azules y melena rubia, han sacado ya dos discos, han concedido entrevistas a la prensa nacional e internacional y, cómo no, tienen blog y página web. Sólo hay un problema en su ascenso al público de masas: las hermanas Gaede defienden la supremacía blanca.  Su nombre artístico, Prussian Blue, hace referencia al color del ácido prúsico, el pesticida que utilizaron los nazis en las cámaras de gas. Aún más: ambas dicen que el Holocausto no fue para tanto, llevan camisetas con un sonriente Hitler estampado y las letras de sus canciones hablan de lo duro que es ser blanco estos días.

Desde que se unieron a la Alianza Nacional Neo Nazi en 2001, las gemelas han desarrollado una personalidad maquiavélica y se han convertido en embajadoras del odio racista. Lamb, que toca la guitarra, asegura que «hombres como Afolf Hitler y Rudolf Hess son nuestros héroes», y Lynx, la violinista, afirma que «estamos orgullosas de ser blancas, queremos seguir siendo blancas y preservar nuestra raza». Culpa de todo, o de casi todo, la tiene su madre. April Gaede les ha inculcado el espíritu racista desde la cuna. «Yo les doy mi opinión como cualquier otra madre», dice ella. Sin embargo, aunque lo normal es que los padres lleven a los niños al colegio, April enseña a sus gemelas en casa, donde, además de estudiar, se divierten con un videojuego llamado «Limpieza étnica»

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Desde que comenzaron a cantar, Lynx y Lamb se han convertido en las niñas mimadas del movimiento de la supremacía blanca, la ideología que sostiene que esa raza es superior a las demás. Así, el ex candidato presidencial y ex líder del Ku Klus Klan, David Duke, se las lleva de gira para promocionar sus himnos. En su repertorio figuran canciones como «Sacrifice», un tributo a Rudolf Hess, segundo en la jerarquía nazi, donde se le describe como un «hombre de paz que nunca se rendía».
La productora musical de las niñas no tiene desperdicio. Se trata de la racista Resistance Records, que produce a gente como Blue-Eyed Devils (Diablos de ojos azules) y Angry Aryans (Arios enfadados). Uno de sus responsables, Erich Gliebe, espera que Lynx y Lamb ayuden a expandir la base del orgullo blanco. «Es la edad perfecta para empezar a preparar a los niños e inculcarles una fuerte identidad racial», afirma.

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