Racismo | > Índice de textos sobre racismo |
La Federación Madrileña de Fútbol tomó cartas en el asunto, pero sin mojarse mucho. Veinte euros de multa fue la mísera sanción económica por frases como "negro de mierda, sudaca o puto moro". En lo deportivo, decidió otorgar la victoria por 3-0 al Fuente el Saz.
La opinión pública se escandaliza cuando observa como un chico de 21 años, en un vagón de tren y sin razón alguna, arremete contra una adolescente ecuatoriana, pero el racismo también está presente en los campos de fútbol. El diario 20 minutos, en su edición de Madrid, informó de los graves incidentes ocurridos durante la disputa del encuentro de cadetes (14 a 16 años) de los equipos de fútbol del Fuente el Saz y el Alcobendas. Todo comenzó a los 30 minutos de juego. El partido se convirtió en una cadena de insultos, amenazas y xenofobia tras un gol del equipo local.
Estalló entonces
el técnico visitante, Borja Velasco, castigado con ocho partidos
de suspensión por su actitud. El entrenador comenzó a increpar
al árbitro, J. Antonio González, hasta llegar a amenazarlo:
"No tienes ni puta idea; tú de aquí no sales vivo, cabrón".
Ante tales amenazas, el colegiado lo expulsó.
El árbitro
reflejó en su acta que "instigados por el entrenador visitante"
unos 20 seguidores del Alcobendas arremetieron contra cuatro chicos extranjeros
del Fuente el Saz: un colombiano, un uruguayo y dos marroquís. Las
expresiones que se escucharon en el campo fueron denunciadas por el árbitro
en su documento sobre el partido; dos de las más graves fueron "volved
allí en patera, a ver si os ahogáis", y "volved a vuestro
puto país". Al contemplar que los insultos no cesaban, el colegiado
optó por la suspensión, "para no seguir con un espectáculo
bochornoso". El Alcobendas condenó la actitud xenófoba de
sus seguidores.
Entre los aficionados que alteraron el encuentro había, según los testigos, varios jóvenes y al menos cuatro adultos con camisetas del equipo del Alcobendas.
Manuel Sarmiento, director deportivo del Fuente el Saz, destacó el comportamiento cívico de su plantilla, que no entró en la provocación. "Este tipo de gritos representan una apología de la violencia muy grave, más en esta zona donde hay grupos neonazis".
La noticia de estos incidentes ya ha quedado reflejada en un reportaje de la televisión uruguaya. Precisamente un ciudadano de este país, Joaquín González, fue testigo de los incidentes. "Lo peor de todo fue que los padres consintieran e incluso alentaran los insultos. Los niños tienen que venir a divertirse y a jugar", dijo.