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La mítica película Arde Mississippi tuvo ayer fuera de cinta su última escena. El asesinato racista que narra la película, ayer hizo exactamente 41 años, acabó en cierta manera con la condena de uno de sus máximos responsables, Edgar Ray Killen.
Un antiguo miembro del Ku Klux Klan, Edgar Ray Killen, fue declarado ayer culpable del asesinato en 1964 de tres defensores de derechos civiles –entre ellos dos judíos neoyorquinos– que ayudaban a la comunidad negra de Mississippi a ejercer su derecho al voto.Ayer se celebraba el 41.º aniversario del asesinato de Michael Schwerner, Andrew Goodman y James Chaney, cuya muerte fue recogida en la película Arde Mississippi. Killen, de 80 años, se mostró tranquilo mientras el juez preguntaba al jurado si había llegado a un veredicto unánime sobre los tres cargos de homicidio, en un caso que ha galvanizado el movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos.
Killen, hospitalizado el pasado jueves por una crisis cardiaca, escuchó el veredicto sentado en una silla de ruedas y ayudado por un aparato respiratorio y una enfermera. En el exterior del edificio, ninguna manifestación de alegría acogió el veredicto.
Killen puede ser condenado a una pena que va de 20 años a cadena perpetua. Los doce miembros del jurado, compuesto por nueve blancos y tres negros, deliberaron el lunes durante dos horas y cuarenta minutos sin llegar a un acuerdo. Al día siguiente, ayer martes, se volvieron a reunir y acordaron el veredicto. El proceso, particularmente rápido, se abrió el pasado 13 de junio.
La acusación afirma que Killen dio la luz verde para el asesinato de los tres jóvenes militantes: James Chaney, un joven negro de 21 años, y Andrew Goodman y Michael Schwerner, dos judíos originarios de Nueva York de 20 y 24 años respectivamente.
Tras el asesinato de los tres jóvenes, más de una veintena de miembros del Ku Klux Klan fueron interrogados. Siete personas fueron finalmente condenadas en 1967 a penas de prisión -que no excedieron los seis años- por "violación de los derechos cívicos" de los tres desaparecidos. Killen no estaba entre los condenados: uno de los miembros del jurado rechazó entonces condenar a Killen argumentando que éste ejerció de pastor a tiempo parcial y que él no era partidario de condenar a los servidores de Dios.
El dossier no volvió a ser reabierto hasta 1998, cuando uno de los condenados en 1967 acusó a Killen. Hasta su inculpación el pasado enero, Killen nunca estuvo inquieto. Vivía tranquilamente a varios kilómetros del lugar del crimen. Miembro del Ku Klux Klan, nunca expresó remordimientos por los sucesos de junio de 1964.
En el transcurso de ese verano de la libertad, miles de jóvenes estadounidenses viajaron al sur del país, aún segregacionista, para ayudar a los negros a inscribirse en las listas electorales. Entre esos jóvenes estaban James Chaney, Andrew Goodman y Michael Schwerner: arrestados con un pretexto futil por la policía de Filadelfia, en el estado de Mississippi, los tres jóvenes cayeron en una emboscada del Ku Klux Klan poco después de ser puestos en libertad, en plena noche.