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La huella del 'bullying' en la edad adulta
El acoso escolar no termina cuando acaba el colegio o el instituto. Sus consecuencias perduran toda la vida. Así lo afirman el 92% de las personas adultas que sufrieron acoso en su etapa escolar. La huella del 'bullying' se traduce, con el paso del tiempo, en problemas de autoestima, dificultades para relacionarse con los demás y depresión.(...)
Lamentablemente, la mitad de las víctimas no se lo contaron a nadie: ni a sus padres ni a sus profesores. Vivieron las humillaciones en silencio y sin que nadie le echara una mano. El 25% sí que lo confesó, pero su entorno no le dio importancia.
El informe revela que el 20% de los adultos que fueron niños acosados están convencidos de que la dura experiencia ha tenido un fuerte impacto en su vida. Un 38% asegura que su autoestima está dañada, y un 32% está convencido de que son introvertidos por el problema que sufrieron de pequeños. El 17% tiene un trastorno de ansiedad, y el 11%, depresión.
La psicóloga Silvia Álava sostiene que las secuelas del 'bullying' van mucho más allá de la etapa escolar. Nos podemos encontrar con adultos con un menor desarrollo de habilidades sociales porque estas se deben trabajar en un entorno seguro. Si el colegio no lo es, el proceso de aprendizaje se paraliza, explica.
Los adultos que fueron víctimas recuerdan los sentimientos que les dominaban de pequeños: tristeza, soledad e impotencia. Uno de cada tres se creía inferior a sus compañeros y un 12% lloraba constantemente. Lamentablemente, el 5% de las víctimas estaban convencidas de que sus acosadores tenían razón y un 4% incluso barajó la idea de suicidarse.
La mayoría de adultos que fueron testigos (no víctimas) de situaciones de acoso no apoyaron a la víctima. No hicieron nada. Era mejor, aseguran, no involucrarse. Solo el 28% recuerda que los profesores hicieron algo para frenar el acoso.
La mitad de los adultos que fueron niños acosados confiesa que no supo cómo afrontar el problema. Un 46% llegó a enfrentarse con sus acosadores y un 33% contó con sus amigos para superar la situación. Solo el 14% dio un paso más allá y lo denunció en el centro educativo o acudió un psicólogo. Un 13% tuvo que cambiar de centro educativo para huir de sus verdugos y un 9%, incluso, se marchó del barrio.
A pesar de que 'bullying' es hoy una palabra asentada y la conciencia contra el acoso escolar ha crecido de forma exponencial, la encuesta revela que, en la actualidad, la mitad de los niños y las niñas están convencidos de que no pueden contar con el apoyo de sus profesores a la hora de combatir el acoso. El 77% de los padres y las madres creen que las direcciones escolares esconden los casos para evitar la mala imagen, algo en lo que están de acuerdo el 55% de los docentes.
Nidia Represa, que fue víctima en su infancia y que ahora es activista contra el 'bullying' y autora de la novela 'Bajo mi piel', recuerda la importancia de que padres, madres y docentes sepan cómo se sienten los niños acosados. Deben conocer el proceso de destrucción y autodestrucción en el que acaban cayendo. Los casos de acoso se dan en etapas sensibles y delicadas del desarrollo físico y neurológico del menor, destaca la divulgadora, que todavía recuerda cómo se metían con ella por su pelo.
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