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En lugar de dibujar o escribir, los diminutos dedos de cientos de miles de niños lían a diario los cigarrillos más populares en la India, una actividad opaca que perjudica su salud y les niega el derecho a la educación.Hasta ahora las ONG, basándose en el último censo oficial, estimaban que unos 250.000 niños trabajaban en la industria del biri, el cigarrillo indio, pero ahora sospechan que las empresas sacan muchos más beneficios de la invisibilidad de esta actividad económica.
"No encontrará ningún dato oficial sobre los niños. Ni siquiera los padres confiesan que sus hijos lían biris", explicó a Efe Karabi Majumdar, que ha llevado a cabo un estudio de la Asociación de Voluntarios de la Salud de la India sobre el tema.
Según datos del Gobierno ofrecidos a esta ONG, 5,8 millones de personas trabajan en la India liando los populares biris, finos cigarros aromáticos envueltos por una hoja de ébano que se venden en paquetes de más de veinte unidades por entre 3 y 6 rupias, es decir, cuatro y ocho céntimos de euro.
Pero los niños son "la columna vertebral" de esta industria, por lo que Majumdar calcula que al menos 1,7 millones de niños son explotados, apoyándose en cálculos de la Organización Mundial del Trabajo según los cuales un 30% de la mano de obra de este sector en la India es infantil.
Un menor puede llegar a liar hasta 1.000 biris en un día, que se paga a entre 23 y 40 rupias según el estado, 33 y 58 céntimos de euro, de acuerdo con el estudio de la VHAI.
"El 98 por ciento de los biris se lían en las casas, casi no se ven fábricas... Lo hacen en condiciones inhumanas, en la habitación donde la madre tiene que cocinar o dar de comer a sus hijos", describió Majumdar, que ha entrevistado a familias de varios estados de la India.
Muchos hogares se convierten así en pequeñas fábricas camufladas de donde las empresas, que en caso de producir menos de 2 millones de cigarrillos anuales están exentas de impuestos, extraen sus beneficios.
Los finos dedos de los menores, cuya piel se va resintiendo con los años, son ideales para esta labor manual, que contribuye al desarrollo de enfermedades como la tuberculosis y el asma y ocasiona problemas musculares y de vista.
Los biris se almacenan en los hogares en condiciones precarias y muchos de los miembros de la familia acaban experimentando náuseas o dolor de cabeza al quedar expuestos a sus productos químicos.
Existe una gran demanda, ya que el 53% del tabaco que se consume en la India son biris.
Pero esta industria invisible es sólo una de las aristas de la dramática situación de la infancia en la India, donde algunas ONG calculan que hasta 60 millones de niños se ven atrapados en el tráfico de menores.
Mientras los libros y las aulas esperan, los niños siguen trabajando en bordados de sari a las afueras de las grandes urbes, sirviendo comida en pequeños restaurantes, remendando zapatos, cargando productos en los mercados o dejándose la piel en el liado del tabaco.