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La policía india libera a 478 chicos de entre 7 y 15 años sometidos a explotación en fábricas y talleres. Muchos pensaron que los agentes eran sus nuevos patronos
La policía llevaba tres meses planificando cuidadosamente el operativo. El pasado lunes, tal y como se había previsto, un centenar de agentes lanzaron de forma simultánea redadas en los distritos del noreste de Nueva Delhi y entraron en una decena de pequeñas fábricas y talleres.
Su intención no era desmantelar una red de tráfico de drogas o armas. El operativo policial tenía un objetivo muy distinto: asestar un golpe a las redes de explotación laboral de menores. La iniciativa fue un éxito, pues consiguieron liberar de una tacada a 478 niños esclavos, según informó Narim Kumar, responsable del Departamento de Trabajo de Nueva Delhi.Bhuwan Ribhu, miembro de la ONG Marcha Global contra la Explotación Infantil que tomó parte en la operación, explicó que "todos los rescatados eran niños de entre 7 y 15 años".
Originarios de Bihar
Las condiciones de trabajo que tenían que soportar en esas fábricas hacía que su situación hubiera dejado atrás la explotación y se hubiera adentrado ya en la esclavitud. "Trabajaban unas 15 horas al día en talleres de bordado, de fabricación de alfombras y de prendas textiles, en unas condiciones miserables, dentro de habitaciones muy pequeñas sin ventanas ni ningún tipo de ventilación", señaló el miembro de la ONG.
Los chicos, procedentes en su mayoría del empobrecido estado de Bihar, en el norte de la India, cobraban de sus patrones un mísero salario de entre 4 y 8 euros al mes. No se les permitía salir de las fábricas ni jugar y eran castigados física y mentalmente si no hacían bien su labor.
Hacía meses que la mayoría de niños soportaban esa vida atroz, que les había acabado alienando mentalmente, como pudieron comprobar los policias que acudieron a liberarles. "No entendían --relató Ribhu -- lo que estaba ocurriendo, no eran conscientes de que estaban siendo liberados. Estos niños han cambiado tantas veces de manos y de trabajo que cuando ven a un adulto se creen que es un nuevo patrón".Días sin agua ni comida
Este militante no ocultaba su satisfacción. "El lunes fue un día grande para la infancia de la India. Todo el mundo debe saber que la esclavitud infantil es una mancha de sangre para la humanidad. Debemos unirnos para luchar contra su compraventa y explotación y lograr que todos estos niños vayan a la escuela".
Entre los niños que recobraron la libertad estaba Ambika, una chiquilla de 11 años que trabajaba como criada en la casa de un ingeniero. Además de tener que realizar jornadas laborales sin fin, sus patrones la pegaban si cometía cualquier error y la castigaban durante días sin agua ni comida. La liberación de Ambika fue diferente. La niña logró salir de la vivienda donde trabajaba por el tejado, desde el que cayó a la calle.
"Todavía no sabemos si quería escapar o si se arrojó del tejado porque quería suicidarse", explicó a la agencia EFE Kailash Satyarti, presidente de la Marcha Global contra la Explotación Infantil, que señaló que fueron los vecinos los que descubrieron su cuerpo en la calle, cubierto de magulladuras y moratones, y contactaron con esta ONG.
Ahora, la organización trabaja para que las autoridades entreguen a Ambika y al resto de esos niños el certificado de esclavo liberado. Con ese documento, los menores tienen derecho a que el Estado indio se haga cargo de su rehabilitación, les garantice su educación y proporcione a la familia una ayuda económica, que muchas veces consiste en la compra de una vaca, un pequeño terreno u otro medio de vida, para que no tengan que enviar a sus hijos a trabajar.