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Sergio Medialdea, su nombre en la vida real, colabora con la Asociación no al Acoso Escolar (NACE), que ha presentado un decálogo para erradicar este problema
Su nombre real es Sergio Medialdea, pero toda una generación de españoles le conoce como «el primo de Zumosol». Medialdea se hizo popular en la década de los 90 por poner rostro a uno de los personajes televisivos de aquella época. Hoy, más de 25 años después, ha revelado que sufrió bullying cuando era pequeño. Un acoso que casi le lleva a suicidarse.De pequeño, en el colegio, a Medialdea le llamaban «feo, bajito, muerto de hambre, hijo de la limpiadora». Años más tarde, ya adolescente, los insultos se tornaron en violencia física. «El primer día que entré me cogieron por banda tres chicos de COU y no pararon. Recuerdo perfectamente que un día me quitaron el bañador en la piscina y tuve que salir desnudo del agua. Me pegaban y me humillaban todos los días», ha revelado.
El testimonio de Sergio Medialdea llega tras su colaboración con la Asociación no al Acoso Escolar (NACE), que lucha contra el acoso escolar. Esta organización ha presentado un decálogo para erradicar el bullying. Entre sus medidas, prevenir, formar a los profesores, informar a los padres, y, sobre todo, visibilizar este problema en los centros educativos porque «lo que no se nombre no existe».
Representantes de la Asociación se concentraron este viernes frente al Congreso demandar medidas más eficaces contra el acoso escolar, que acumuló casi mil denuncias por hechos graves en 2028, según los datos del Ministerio del Interior.
NACE ha urgido a poner fin a este problema que «destroza» la vida de muchos menores como es el caso de un joven de 15 años en Andalucía, según ha revelado la responsable de NACE, Carmen Cabestany, que ha leído la carta enviada a la Asociación por una madre cuyo hijo «perdió la voz, la vista, la movilidad y su juventud» tras un intento de suicidio a causa del «bullying».
Según la misiva remitida por «I», la madre de «B», el acoso a este menor comenzó en el Instituto, donde era insultado y vejado continuamente, lo que originó que no quisiera asistir a clase, mientras los padres recibían continuas llamadas del centro advirtiéndoles de que el estudiante «se metía en continuas peleas».
El acoso se prolongó desde los 12 a los 15 años del joven - período en el que siguió tratamiento psiquiátrico- y pasó del centro escolar a la puerta del domicilio familiar, lo que obligó a la familia en 2017 a mudarse de pueblo, donde encontraron un nuevo instituto para el menor «al que tampoco quería ir por miedo a que le pasara lo mismo».
«Un día antes de empezar el nuevo curso en el nuevo instituto, B se intentó suicidar y pasó 18 días en estado crítico en la UCI y 4 meses hospitalizado», según el relato de la madre leído por Cabestany , quien ha denunciado que a este joven «se le robó su juventud y se le dejó sin futuro». Para que estos hechos dejen de repetirse, NACE ha elaborado este decálogo, que quieren presentar a todos los grupos políticos para que el acosos escolar se combata con «consenso».
NACE demanda también «incorporar en los currículos» la educación emocional desde infantil, o la implantación en los colegios de forma obligatoria de un Plan de Prevención del Acoso.
Además, Carmen Cabestany ha pedido que haya«presunción de veracidad inmediata» ante una persona que denuncia acoso escolar y ha calificado de «básica» la colaboración de los testigos, además de la de los profesores y padres. «El centro muchas veces se ve con las manos atadas porque el maltrato se produce en la clandestinidad y es difícil de demostrar», ha advertido la docente.
En la concentración también han estado presentes víctimas de acoso escolar, como Iñaki Zubizarreta, de la localidad vizcaína de Guecho, quien ha animado a denunciar estos casos tras revelar como «el maltrato continuo» que sufrió en el Instituto le llevó a intentar suicidarse en un acantilado. También han participado familiares, que han querido lanzar el mensaje positivo de que «del acoso también se sale» aunque han criticado que los centros escolares «la mayoría de las veces se limitan a decir que cosas de niños y no atajan el problema».