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A la hora en que todos los niños de su edad se preparan para ir a la escuela, Saurabh Nagvanshi sale para la oficina.
A sus cinco años, Saurabh trabaja en una estación de policía en Raipur, la capital del estado de Chattisgarh, en el centro del la India.
Saurabh está siguiendo una tradición india que establece que, cuando muere un funcionario público, su empleo debe ser asumido por un familiar.
La norma no indica un límite edad, y muchas familias envían a sus niños para mantenerse.
El pequeño policía tiene que alimentar a su madre y a susJornada laboral
Saurabh va a trabajar un día y al siguiente va a la escuela.
Su trabajo consiste en archivar documentos y llevarle té y bebidas a sus jefes.
El niño ya sabe escribir su nombre, pues debe firmar cuando le entregan su salario mensual de US$57.
"Mi única opción para mantener el hogar es enviar a mi niño a trabajar. No está bien. Debería estar corriendo y jugando por ahí, como un niño", dice Ishwari Devi Nagvanshi, su madre.
Pero no hay tiempo para jugar para los niños que sustituyen en el trabajo a sus padres muertos.Más historias
Manish Khoonte, de diez años, trabaja en la estación de policía de Korba.
Su jornada comienza a las seis de la mañana, cuando va a la escuela junto con sus dos hermanos.
En la tarde va a trabajar y, aunque le encanta el fútbol, no tiene tiempo para jugar.
A Manish, sin embargo, le gusta el hecho de ganar un salario y sus compañeros lo respetan y le llaman "policía".
Por el contrario, Jitesh Singh, de 13 años, quiere dejar su trabajo lo más pronto posible, pero cree que no va a ser posible.
Janki Rajade, de 18 años, piensa lo mismo. Dice que no le gusta archivar y servir el té, pero que no tiene otra alternativa.Críticas
El superintendente de la Policía Ferroviaria en Raipur, Pawan Dev, cree que el trabajo infantil dentro de la fuerza debe ser visto desde una perspectiva social.
"El dinero es un gran alivio para las familias y el trabajo es ligero", afirma.
Su opinión no es compartida por Subhash Mishra, miembro de la Comisión de Derechos Humanos del gobierno indio.
"Las familias deberían recibir una suma de dinero igual a la del salario, para pagar por la educación y el mantenimiento de los niños", afirma.
Subhash Mahapatra, presidente de una organización de derechos humanos llamada "Foro por la investigación de los hechos", es aún más crítico.
Según Mahapatra, emplear a niños como oficiales de policía contraviene las leyes indias e internacionales.
"Es muy similar a la definición de niños soldados delineada por las Naciones Unidas", dice.