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Cuatro relatos de ataques homófobos. Varios colectivos alertan del aumento de agresiones desde que se aprobó la ley de bodas gays
Las asociaciones de gays y lesbianas contabilizan en centenares las agresiones sufren los homosexuales en España. Desde que se aprobó, hace un año, la ley que permite las bodas entre personas del mismo sexo, se ha producido un aumento de las vejaciones a este colectivo, según afirman diversas organizaciones. La asociación Front D'Alliberament de Catalunya recoge en su última memoria 283 denuncias de agresiones, un aumento del 5% respecto al año anterior. Éste es el relato de algunas de ellas, sucedidas en distintas partes de España:- Puñetazo en el ojo. El pasado mes de febrero Bernardo, de 23 años, salió a tomar unas copas con un amigo en el centro de Madrid. Sobre las dos de la mañana y a la altura de la calle de Barceló escucharon unos insultos homófobos de cuatro jóvenes. "Tendrían unos 19 años. Eran bastante pijos, muy repeinados", explica. "Mi amigo tiene bastante pluma y eso les debió molestar", dice tratando de buscar una explicación a lo sucedido.
El grupo rodeó a Bernardo y se dirigió a él en actitud intimidatoria. "Nos dijeron cosas como: 'Maricones de mierda' o 'Ahora nos la vais a comer", recuerda. Cuando su amigo, que había avanzado unos metros, se percató de que le habían rodeado, volvió corriendo para ayudarle. Ahí comenzó la agresión. "Nos empujaron y a mi me dieron un puñetazo en el ojo por gay y a mi amigo una patada en la boca. Cuando empezamos a sangrar, los agresores debieron asustarse y se fueron corriendo", rememora. "Nos fuimos a mi casa y mi amigo pudo limpiarse y curarse la herida. Estábamos bastantes nerviosos", agregó.
Bernardo y su amigo no interpusieron ninguna denuncia por lo sucedido. "Si a las mujeres maltratadas les hacen poco caso, imagínate a un par de maricones", se lamenta. "No creo que se pueda hablar de una homofobia creciente", dice Bernardo, "es siempre el mismo grupo de la sociedad".
Los expertos señalan que se trata de un problema invisible. "Cuando preguntas a homosexuales sobre las agresiones ellos responden: 'Nada, lo normal, insultos, una colleja...", denuncia José Ignacio Pichardo, investigador de Antropología de la Universidad Autónoma de Madrid. "Es algo parecido a lo que sucedía con la violencia de género cuando la mujer asumía las agresiones", añade.
Para Jesús Generelo, coordinación de Educación de Cogam, la asociación de gays y lesbianas de Madrid, el hecho de que Bernardo no presentase finalmente denuncia es algo habitual. "La mayoría no lo hacen, tienen miedo; no resulta fácil si no has salido del armario", asegura.
- Atacado por su personaje gay. El colectivo homosexual ha adquirido en los últimos años mayor visibilidad. El cine, con películas como Brokeback Mountain, y las series de televisión, con varios personajes gays ya no se muestran impermeables al fenómeno. "Eso es bueno. Para mucha gente es la única oportunidad de percibir que son personas como ellos", explica Pichardo.
Aunque los expertos celebran la aparición de personajes gays en la televisión, a algunos de los actores su papel les sale caro. Un actor que interpreta a un homosexual en una serie fue agredido hace menos de un mes en un centro comercial de Madrid por una pandilla de veinteañeros. "Pegaron al personaje que interpreto, no a mí. Me zarandearon, me empujaron, me llamaron mariquita. Es muy triste que pasen estas cosas en el siglo XXI", contó la víctima. El hombre, que estaba con unos amigos, tuvo que recurrir a los servicios de seguridad para escapar de los violentos. "Pero uno de los guardias se limitó a decirme que hasta que no viese que me partían la cara no pensaba intervenir", explicó. El actor no sufrió lesiones, pero agentes del Cuerpo Nacional de Policía tuvieron que intervenir para retirar del centro comercial a los gamberros. "Yo normalmente aguanto y aguanto los insultos. Pero esto ya fue demasiado y me enfrenté a ellos", contó el actor, que no puso denuncia en comisaría. Para esta víctima, lo peor de todo fue "que el cabecilla de la agresión tenía 21 años, ¿cómo puede alguien tan joven ser tan animal?".
"Vinieron con empujones, chulería y los insultos de siempre. Ni siquiera saben ser originales", agregó. Y luego ironizó: "Ese día España había perdido al fútbol y ellos estaban de muy mal humor. Recomiendo a los gays que no salgan a la calle cuando haya partido de fútbol".
- Un transexual esposado. Tatiana Sánchez Mansilva tienen 38 años y es transexual. Ha denunciado a tres agentes de policía de Zaragoza por vejaciones y una detención ilegal, según su relato y la denuncia que hace Izquierda Unida del caso.
A mediados de mayo, la Policía Nacional acudió al domicilio de Tatiana después de que ella les requiriera por supuestas amenazas de su pareja. "Cuando comprobaron que el nombre de mi D.N.I no coincidía con el de Tatiana empezaron a tratarme mal y a llamarme por mi nombre masculino. Entonces me pidieron de malos modos que les acompañase a la comisaría", recuerda.
Tatiana asegura que, tras negarse, se abalanzaron sobre ella y le colocaron las esposas. "Me sacaron a empujones de mi propia casa. Me dijeron con no tenía derechos y me llamaron travestorro. Me pusieron la porra en los riñones", denuncia ahora. Tatiana asegura que pasó 48 en comisaría sin que se le notificara de qué estaba acusada. "Perdí el conocimiento y no me atendió nadie", protesta muy nerviosa. "Todo lo que me pasó es porque soy transexual. No tenían ningún motivo para hacerme aquello". La policía asegura que hay una investigación abierta al respecto. El caso fue denunciado por Carla Antonelli, Carla Antonelli, coordinadora del área transexual del Grupo Federal GLTB-PSOE, e IU pidió en su momento que se investigara el asunto.
"Una cosa son los cambios legales, que son importantes, y otra la desaparición de la homofobia", advierte Fernando Alemany, profesor de Sociología en la Universidad Complutense y autor del libro La transformación de la identidad gay en España. "Es muy complicado cambiar la visión de un homófobo, hay raíces en la concepción machista, en relacionar la sexualidad con lo femenino y en que para algunos hombres ser eso, un hombre, es odiar a los homosexuales", cuenta Alemany.
- Manotazo desde una moto. Juan, andaluz de 35 años que lleva seis años viviendo en Madrid, ya ha sufrido dos agresiones leves en este tiempo. "El que no haya terminado en el hospital no significa que las vejaciones no sean igual de dolorosas", cuenta. La primera le pasó hace unos años en la calle de Alcalá (Madrid). "Estaba dándome un beso con mi novio de entonces y desde una moto me dieron un tremendo manotazo y me insultaron". La segunda le ha pasado más recientemente, en la Puerta de Toledo. "Ya fue el colmo, porque iba solo, pero llevaba ropa ajustada y sandalias. Me insultaron de nuevo y también intentaron darme desde un coche que ni siquiera paró", se queja Juan.
- Denuncia en comisaría. Luis, el chico que el sábado pasado recibió una patada en una piscina pública presentó ayer denuncia en comisaría por los hechos. Le acompañó Pedro Zerolo, responsable de Movimientos Sociales del PSOE. "Yo tenía muy claro desde el principio que iba a denunciar. He tardado porque he estado de hospitales. Zerolo me ha dicho que el porcentaje de denuncias es bajísimo y me he sorprendido. Claro que yo voy a llegar hasta el final, todo el mundo debería hacer lo mismo", sentenció Luis. Por su agresión, de momento, no hay nadie detenido.