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Obsesión episcopal por la homosexualidad
Juan G. Bedoya
. El País, 25-4-2012 (fragmentos)
El obispo Reig insiste en llamar a la "curación" de los gais, frente al consenso científico de que no es una enfermedad. El mensaje alienta el odio contra un colectivo amenazado en medio mundo
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Con terquedad vaticana, el obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, insiste en que los homosexuales son unos pobres diablos que, enfermos de muy mala manera, pasan la vida en un infierno o se arrastran por el fango del pecado, luchando algunos de ellos a brazo partido para curarse. Lo dijo en la homilía del Viernes Santo, en una eucaristía retransmitida por TVE-2. El obispo Reig calla que las teorías de que el homosexual es un enfermo que se puede curar han sido arrumbadas por la ciencia con estrépito, incluida una solemne proclamación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Lo hizo el 17 de mayo de 1990, cuando excluyó la homosexualidad de la llamada Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros Problemas de Salud. El Reino Unido hizo lo propio en 1994, seguido por el Ministerio de Salud ruso en 1999 y la Sociedad China de Psiquiatría en 2001. La Asociación Norteamericana de Psiquiatría había votado previamente por unanimidad retirar esa tendencia sexual de la sección Desviaciones sexuales de la segunda edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (el DSM-II). Sucedió en 1973.

Hoy, solo sostienen que los gais son enfermos movimientos o gobiernos de intolerancia extrema, o sencillamente criminales, y allí donde las religiones siguen ostentado mucho poder.

En este contexto se entiende que Reig, responsable de las políticas de familia en la Conferencia Episcopal, causase el Viernes Santo estupor. Ha habido mociones pidiendo que el prelado sea declarado persona non grata; consejeros de RTVE alzaron su voz escandalizados y piden la intervención del cardenal Antonio María Rouco y la Federación de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales ha presentado una denuncia ante la Fiscalía en busca del procesamiento del eclesiástico por predicar la violencia sobre el colectivo. La iniciativa no es una exageración porque, como dice un miembro de Crismhon (los cristianos homosexuales), "el obispo Reig predica vientos y provoca tempestades".

Todavía hay 83 países donde la homosexualidad está penada por ley. En algunos, la condena es la muerte: Arabia Saudí, Irán, Mauritania, Sudán, Yemen y Afganistán. En la mayoría de los casos, la pena no se aplica, pero numerosos homosexuales han sido ejecutados en los últimos años en Irán, Arabia Saudí y en el Afganistán de los talibanes.

Enfrente, arrecian las adhesiones a las tesis del prelado Reig. Sobresale la de la Federación Internacional de Asociaciones de Médicos Católicos. "No compartimos la práctica de la homosexualidad por no estar conforme con la sana antropología ni con la Santa Biblia. La homosexualidad no es pro-natura. Monseñor Reig tiene toda la razón", remacha esta federación en un comunicado.

Arropado por sus incondicionales, que han llegado a considerar a Reig un "coloso de la verdad", y hasta "un mártir por la fe", el obispo de Alcalá de Henares ha multiplicado la actividad contra los homosexuales, llamado por doquier para que repita las execraciones. "Hemos salido del infierno", se titula en la web donde el obispado recoge testimonios de ciudadanos que relatan cómo han superado la enfermedad y "los sufrimientos vividos durante el tiempo en que sintieron atracción sexual hacia personas del mismo sexo". Textual.

¿Qué dice el resto de la jerarquía católica? La doctrina Reig es la oficial, pese a que las formas de decir las cosas chirríen más en boca de unos obispos que de otros. La Conferencia Episcopal está reunida esta semana en asamblea general y Reig ha sido jaleado por muchos de sus colegas, raramente efusivos entre ellos como esta vez con el predicador del Viernes Santo.

En cambio, pensadores católicos, protestantes y musulmanes han puesto el grito en el cielo.

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Opina el teólogo católico Juan José Tamayo, director de la cátedra Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid: "Sexualidad y homosexualidad son dos asignaturas pendientes en el cristianismo, y muy especialmente en la Iglesia católica. Harían bien los confesores en leer y aprender este breve poema de Eduardo Galeano: "Dice la Iglesia: el cuerpo es pecado, / Dice el mercado: el cuerpo es un negocio. / Dice el cuerpo: Yo soy una fiesta."

Añade Tamayo: "El conflicto o la incompatibilidad entre cristianismo y homosexualidad carece de base tanto en el plano de la antropología como en el de la fe cristiana. Coincido con el teólogo holandés Edward Schillebeeckx en que no existe una ética cristiana respecto a la homosexualidad. Se trata de una realidad humana que no puede desconocerse y que debe asumirse como tal sin apelar a criterios morales excluyentes. Por eso entendí la protesta de los obispos norteamericanos ante la carta intolerante e hiriente del cardenal Ratzinger, cuando era presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, contra la homosexualidad, que resultaba contraria a los avances de la ciencia en esta materia, atentaba contra la dignidad de la persona, ponía límites a la libertad individual, lesionaba el principio de igualdad y discriminaba a los homosexuales en la comunidad cristiana. La mayoría de los textos bíblicos que citaba Ratzinger estaban sacados de contexto y eran interpretados desde prejuicios homófobos".

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¿Y los musulmanes? La homofobia es una constante en gran parte de las religiones, pero hoy carga las tintas entre los musulmanes. En la Europa del siglo XXI se habla de la persecución de los homosexuales en el mundo islámico para mostrar al islam como una religión salvaje y puritana. En cambio, el escritor Abdennur Prado, fundador y primer presidente de la Junta Islámica Catalana, sostiene que "no hay fundamento alguno ni en el Corán ni en el ejemplo del profeta Muhammad para una condena de la homosexualidad".

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