Libertad de expresión |
La gran mayoría de los asesinatos tiene un denominador común: alrededor de un 90% permanecen impunes. "Con frecuencia, los gobiernos de los países en que matan a periodistas apuestan por el tiempo y el olvido para proteger a los asesinos de cualquier sanción", advierte la organización.
Irak fue el país más peligroso. Allí encontraron la muerte 47 periodistas, todos de nacionalidad iraquí salvo un reportero ruso. En el país, azotado por una larga guerra, hay actualmente 14 periodistas retenidos como rehenes, de los 25 que fueron secuestrados a lo largo del año. Diez de ellos murieron ejecutados por sus raptores. La oleada de violencia causó 8 muertos en Somalia y los informadores de Mogadiscio temen que la ciudad se convierta en un pequeño Bagdad. Los atentados suicidas y los despiadados combates entre el ejército y los islamistas se cobraron la vida de 6 profesionales.
A la hora de contabilizar los asesinatos, RSF sólo tiene en cuenta a aquellos periodistas de los medios de comunicación cuya muerte sabe "con certeza" que está relacionada con su deber de informar o con aspectos relacionados con la libertad de prensa.
La estadística da cuenta de 887 periodistas detenidos (430 en Asia), de 67 secuestrados y de 1.511 agredidos o amenazados. Un total de 887 se vieron privados de libertad, de los cuales 195 padecieron cárcel en Pakistán, 55 en Cuba, y 54 en Irán.
Las agresiones a la libertad de prensa se producen también en el ámbito de la censura. Más de 500 medios de comunicación de todo el mundo sufrieron esta plaga el año pasado. Internet y los blogs dedicados a los foros de discusión sufrieron con mayor virulencia los efectos de la censura. En todo el mundo, 27 blogueros han sido detenidos y 21 agredidos.
Especialmente significativo es el caso de China, donde en pocas semanas se prohibieron 2.500 sitios, blogs y foros de naturaleza política durante el XVII congreso del Partido Comunista. Tampoco se queda atrás Siria, cuyo Gobierno ha hecho inaccesible la red social Facebook, el servicio de email Hotmail y el programa de telefonía Skype. Más drástica fue la actuación de la junta militar de Rangún, que durante las manifestaciones de octubre protagonizadas por los monjes birmanos intentó acabar con el flujo informativo que salía de sus fronteras a través de Internet. Y lo hizo cortando "pura y simplemente" el acceso a la Red, según denuncia RSF.