Libertad de expresión |
--¿Qué
se dirimía en el juicio?
--El trabajo de
mucha gente estaba en juego, no solo de dibujantes, sino también
de periodistas, y no solo en Francia: en Dinamarca, en Alemania, en España,
en Italia, porque este problema se plantea en todo el mundo. ¿Quién
define los perímetros de la libertad de expresión, los grupos
religiosos o el legislador? Es el legislador y quien aplica la ley son
los tribunales, no los grupos religiosos.
--Ha dicho que
es un éxito europeo.
--Sí. Los
tribunales del resto de Europa confrontados a este tipo de asuntos podrán
apoyarse en la sentencia francesa. En Europa tenemos en común el
derecho. Incluso con derechos distintos, la filosofía del derecho
es la misma en España, en Francia, en los países democráticos.
Esta sentencia será una referencia útil.
--La sentencia
dice que no hay ataque al islam, sino a los integristas.
--Si cuando nos
metemos con los integristas nos dicen que no se puede tocar el islam, ¿cómo
vamos a luchar contra los integristas? El humor es un arma democrática.
Hemos de poder reírnos de gente que nos quiere meter miedo. Es más
democrático que comprar armas.
--Los jueces aceptan
la caricatura de Mahoma con la bomba de turbante por el contexto.
--El creador, cuando
crea, lo hace en un contexto. Praxíteles no crea en el mismo contexto
que Rodin, hay dos milenios de distancia entre los dos. Toda realidad surge
en un contexto y modifica el contexto en el que surge. Si no, querría
decir que hay una libertad de expresión absoluta, y no la hay. Hay
una negociación permanente. Nosotros aceptamos eso.
--Además,
está la ficción.
--Los abogados de
la parte contraria dijeron en el juicio que Charlie Hebdo había
publicado un dibujo en el que se veía a alguien que decía
"sucio negro". Evidentemente, el personaje representado en el dibujo era
racista, pero el derecho a la representación y a la ficción
es restrictivo. Si no, Shakespeare no habría podido escribir Ricardo
III. No porque escriba Ricardo III Shakespeare es un asesino. El asesino
es Ricardo III, no él.
[...]
--Usted ha escrito
que hay que separar la ideología religiosa del insulto racista.
El tribunal acepta eso.
--Por supuesto.
El tribunal ha expresado perfectamente eso. Cuando una religión
se sale de un marco privado y pretende en un país laico que la colectividad
respete cosas que pertenecen a su dogma, se convierte en una ideología,
criticable como todas las ideologías en una democracia.
--¿Por
eso compara este proceso con otros contra Charlie Hebdo promovidos por
integristas católicos?
--Sí, pero
el problema con el islam se plantea en toda Europa. Porque, en el cristianismo,
el argumento para separar la Iglesia del Estado está ya en el Evangelio,
cuando dice "al César lo que es del César". En el islam es
distinto. Ha habido tentativas de separar el poder espiritual del temporal.
Averroes fue decisivo, pero fracasó. No intelectualmente, porque
era un genio, pero fracasó ante sus correligionarios, que lo persiguieron.
Hoy es necesario reabrir este debate, y este juicio contribuye. Por eso
algunos musulmanes han testificado en nuestro favor.
[...]
--A partir de
ahora, pues, se podrá criticar los dogmas.
--Es necesario criticar
los dogmas. Hoy en Italia se intenta que los homosexuales tengan el mismo
derecho que los heterosexuales. Es un problema, por el Papa. Es decir,
que incluso hoy, para que los derechos cívicos sean establecidos
y actualizados, hay que luchar contra la religión. Esto muestra
bien que la democracia no se actualiza si no se impugna el origen oscuro
del poder. En democracia, el origen del poder debe ser transparente.