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En Austria, negar la evidencia histórica del holocausto está tipificado como delito. El escritor británico estaba reclamado por las autoridades judiciales de este país por dos conferencias que pronunció en 1989. Irving - que es persona non grata en Alemania, Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Italia y Sudáfrica- volvió a visitar Austria tras recibir una invitación de un círculo universitario ultraderechista y fue descubierto por la policía y detenido en una carretera. En el juicio al que fue sometido ayer ante un tribunal de Viena, David Irving rechazó la acusación de "negacionista", pero reconoció su "error" al haber afirmado que en el campo de exterminio de Auschwitz nunca existieron cámaras de gas. "Me declaro culpable de ese cargo", dijo, esperando salir con una condena reducida a unos meses. "Mis opiniones han cambiado - declaró a medios de prensa vieneses-. La historia es como un árbol que crece constantemente, y cuanto más sabes, cuantos más documentos hay disponibles, más vas aprendiendo, y yo he aprendido mucho desde 1989".
Irving se dirigió al tribunal en alemán, con su libro La guerra de Hitler, que pone en duda la magnitud del holocausto, bajo el brazo. "Cometí un error cuando dije que no había cámaras de gas en Auschwitz", declaró, pero hizo hincapié en que nunca publicó ningún libro específico sobre ese tema, sino que éste era sólo "un fragmento de las áreas" que le interesan. "Yo no negué de ninguna manera el asesinato de millones de personas por parte de los nazis", dijo. El holocausto, añadió, lo definiría como "la tragedia judía en la Segunda Guerra Mundial".
David Irving fue condenado por el artículo 3 de la ley austriaca que, en su versión original, establecía pena capital y pérdida de todos los bienes por mostrar apoyo político al Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP), es decir, el partido nazi. La ley sigue siendo aplicada en la jurisprudencia austriaca; de hecho, entre 1999 y el 2004 se pronunciaron 158 condenas de este tipo. La pena máxima actual que prevé la ley son diez años de privación de libertad.
El historiador se ha hecho famoso por defender que Adolf Hitler no participó en el holocausto y que la cifra de seis millones de judíos exterminados por los nazis era una exageración, el mismo argumento que ahora utiliza el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad.
Detenido desde el pasado noviembre, los intentos de Irving por salir en libertad bajo fianza no tuvieron éxito. Su abogado defensor, Elmar Kresbach, indicó el pasado mes que el historiador recibe hasta 300 correos electrónicos de apoyo cada semana por parte de sus simpatizantes en todo el mundo, y que durante su arresto ha estado escribiendo sus memorias, que titulará La guerra de Irving. En el pasado ya se enfrentó a acusaciones de alentar el antisemitismo y las ideas racistas. Irving es autor de casi 30 libros.