Grup d'educació
 Conflictos bélicos  > otros textos

Palos, piedras y seres humanos
Fernando Savater.
El País (Babelia), 8-2-2003 (fragmentos)
Nada es irremediable, salvo cuando dimiten la inteligencia y la voluntad de los ciudadanos

Desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, muchos tenemos la impresión casi ininterrumpida de vivir en un clima de guerra mundial. Para recuperar la imagen clásica: sobre un volcán. Las entrañas del planeta gruñen constantemente, el suelo se calienta bajo nuestros pies, la humareda es cada vez más espesa y apesta crecientemente a azufre; de vez en cuando, la tierra se rasga en el flanco de la montaña tenebrosa y se desbordan borbotes de lava, que arrasan pueblos, destruyen sembrados y rebaños, calcinan a multitudes. Pero aún no se trata de la erupción definitiva, de la que sin embargo no dejan de hablar siniestros teólogos y alucinados profetas. No faltan quienes la esperan ya con anhelo, porque acabará con la incertidumbre que vivimos... y sin duda con muchos de los que vivimos en la incertidumbre. Mientras, seguimos jugando, intrigando, amando, comprando imprescindibles chucherías y asistiendo con curiosidad al espectáculo de la desolación. También puede hallarse cierto calor hogareño sobre el fervor subterráneo del volcán...

El planeta cruje, la lava hierve, pero el tiempo transcurre y a los más afortunados los sobresaltos sólo nos llegan todavía por televisión. ¿Qué hacer? De momento, leamos. La guerra que viene no se retrasará ni se adelantará por ello, pero nos encontrará mejor informados. En aquel mismo año 2001 de crítica memoria se publicaron en lengua española tres libros que ahora quizá convenga repasar. Uno de ellos es una denuncia específica y sin concesiones del (por así mal llamarlo) orden mundial en que vivimos: Estados canallas, de Noam Chomsky (Paidós). Los otros dos pretenden una consideración más teórica y amplia de la violencia organizada, buscando algún parámetro regulador desde la moral política: Guerras justas e injustas, de Michael Walzer (Paidós), y Humanidad e inhumanidad, de Jonathan Glover (Cátedra).

[...]

En algo coinciden las tres obras comentadas: en que nada es irremediable, salvo cuando dimiten la inteligencia y la voluntad de los ciudadanos. El libro de Chomsky acaba diciendo: "Las decisiones se pueden modificar. Las instituciones se pueden cambiar. Si es necesario, se pueden desmantelar y reemplazar, cosa que han hecho personas honestas y valientes a lo largo de toda la historia". También el proyecto normativo de Michael Walzer apuesta por el mantenimiento de principios y el debate sobre ellos frente a los automatismos del "realismo" criminal. Y Glover recuerda las palabras de Sócrates en La república: "Las sociedades no están hechas de palos y piedras, sino de hombres cuyo carácter, al decidir en un sentido o en otro, determina la dirección del conjunto". Conviene no olvidarlo y meditar consecuentemente sobre ello, mientras bajo nuestros pies sigue rugiendo el volcán.