Derechos de las mujeres | > Otros textos |
Profesor de Psiquiatría en Nueva York. Dirigió la sanidad de esa ciudad.
Ha triunfado largamente en Nueva York, pero sus éxitos profesionales no le hacen olvidar que allí es "emigrante". Le gusta escribir en castellano porque así conecta con su país, al que regresa con frecuencia. Esta vez, para presentar Violencia: tolerancia cero, escrito en colaboración con la socióloga Inés Alberdi. Mano a mano, analizan las causas y los antídotos contra las conductas violentas. El libro será distribuido gratuitamente por la Obra Social de La Caixa, que inicia así una amplia campaña de sensibilización frente a esa tragedia.
-¿Qué hacer si surge la violencia?
-Es un síntoma de un problema muy grave. En esa casa debe encenderse una luz roja. Hay que hablar con la familia, pedir ayuda profesional, sin aguardar a mañana.-Es decir, actuar de inmediato.
-Si una mujer descubre un bulto en un pecho, no puede decir: el año próximo ya me lo verán. No. Debe examinarse inmediatamente. Lo que está haciendo La Caixa para sensibilizar sobre la violencia doméstica puede ser muy útil, porque hay que educar en un tema tan grave.-¿Se da un efecto multiplicador?
-La violencia en la intimidad crea más violencia. Donde hay una mujer maltratada, hay un niño maltratado, que es un verdugo en potencia.-¿Se curan las heridas del alma?
-Como las del cuerpo. Algunas dejan cicatriz. Unas mujeres sanan pronto, otras tardan mucho. El reto se plantea cuando el maltrato ha sido continuado durante años. Cuando se ha destruido día a día el sentido de una misma; su fe en el orden natural; los pilares de su identidad.-¿Se supera?
-Sí, pero rehabilitar todo el ser humano requiere tiempo. Hace falta que la mujer vuelva a sentir confianza en sí misma y en el mundo que le rodea para iniciar la recuperación.-¿La reiteración es determinante?
-Lo que hace de una mujer maltratada, o de un niño maltratado, un sujeto especial, es la continuidad. Es importante separar un accidente, una agresión, de un estilo de vida con situaciones de abuso, de dominio, de subyugación o de agresiones. La duración del maltrato es clave para evaluar el daño y tratarlo.-Sin ninguna comunicación con el maltratador, supongo.
-Cada persona es distinta. En términos generales, si una mujer ha sido maltratada durante años, un verdugo de esa categoría no tiene probabilidades de recuperarse. Por tanto, la ruptura en la comunicación es un paso importante. En determinadas ocasiones, con niños de por medio, hay necesidad acaso de mantener alguna comunicación, si el hombre tiene remordimientos y muestra predisposición a cambiar.-¿Por qué más del 85% de los delincuentes con crímenes de sangre son hombres?
-Hay culturas en las que hasta hace muy poco se ha permitido, se ha justificado, incluso se ha fomentado, que el hombre utilice la fuerza bruta para solventar disputas, conflictos. Se ha jaleado al Rambo, al hombre luchador, al violento. Además, esos hombres han crecido en ambientes en los que se ha fomentado la violencia en contra de ellos.-¿Cómo?
-El hombre no es sólo el ser más violento, comparado con la mujer, es el que sufre más la violencia. Hay más hombres que mueren violentamente. El niño varón es con más frecuencia víctima de infanticidios que las niñas, con excepción de China. En EEUU, en Europa, el bebé varón tiene más probabilidades de ser asesinado por el padre o la madre que la niña. Además, la personalidad paranoide, la personalidad antisocial, que se da con más frecuencia en el hombre que en la mujeres, tiende a facilitar soluciones delictivas. Por todo ello, el verdugo suele ser un hombre joven, menor de 50 años.-¿Es grave la situación en España?
-Si no hacemos ninguna comparación, es gravísima. Pero para abordar el problema correctamente, es importante una perspectiva comparativa. Yo nací en 1943 y viví en España 24 años hasta que emigré. Entonces pegarle a una mujer era normal y maltratar a un niño, también. Ahora se ha mejorado muchísimo.-El avance no ha sido gratuito.
-Porque se ha hecho mucho para atajar el problema. Aquí la situación no es tan grave como en otros países. Como en Norteamérica, en donde cada día mueren tres mujeres y un hombre a manos de la violencia doméstica. Por tanto, hemos avanzado, pero queda mucho por hacer. No hay que bajar la guardia.-Especialmente en la infancia.
-Los niños han de desarrollar los antídotos naturales contra la violencia antes de los 10 o 12 años: la compasión ante el dolor ajeno, la capacidad de ponerse en el lugar del otro, el control de los impulsos, la contención. Un niño sin remordimientos, sin compasión por el dolor ajeno, es una bomba de relojería.