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"El hombre maltratador no es un enfermo"
Miguel Lorente,
médico forense (entrevista de Margarita Sáenz-Diez, fragmento)
El Periódico, 28-6-2006
Este experto en violencia machista aboga por un estudio integral de los agresores 
[...]

--¿Por qué esos maltratos?
--Por mantener una situación de privilegio en la relación y conseguir así una actitud de sumisión.

--¿Es transversal?
--Los que tienen un nivel social elevado disponen de más mecanismos para camuflar la violencia que una persona con menos recursos sociales o culturales. Pero, en lo individual, la presencia de estresantes sociales y el estatus que se quiere proyectar influyen en la manera de ejercer la violencia.

--¿De algún modo, esa tendencia está escrita en el ADN o es fruto de pautas sociales aprendidas?
--De pautas sociales aprendidas. Es un elemento cultural, no está en el cromosoma Y. Aunque han sido los portadores de ese cromosoma los que han establecido una serie de pautas patriarcales o androcéntricas, que han permitido presentarse ante la sociedad como referencia a la hora de resolver conflictos.

--¿Qué han de hacer las sometidas?
--Adoptar una posición crítica frente a lo que no es normal, aunque todavía se avance a oscuras. Estamos comprobando cómo en la adolescencia esos roles patriarcales, machistas, se siguen reproduciendo. Pero, a diferencia de hace años, las chicas ya tienen elementos para rechazar esas actitudes.

--¿Cómo recuperar a los violentos?
--Es importante que no se intente presentar al maltratador como un enfermo. No lo es. Tampoco como una persona que no sabe lo que está haciendo. Todo lo contrario: la estrategia de violencia es clara, progresiva, repetitiva, para construir y mantener esa posición de dominio sobre la mujer. La violencia es un proceso.

--Poco a poco...
--Ningún maltratador empieza agrediendo de manera intensa a la mujer. La aísla, corta sus conexiones con el pasado, con el presente, limita las relaciones con sus amigos, con su familia, para propiciar que, cuando él aumente el nivel de violencia, a la mujer no le resulte fácil romper la relación o denunciarlo.