Derechos
de las mujeres
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Porque quieren que las víctimas sufran y sufran mucho. Lo máximo. Algunos datos: la media de puñaladas que recibe una víctima mortal es 22 (hay algunas con 5 y otras con más de 60), la media de golpes que reciben son 20, la media de disparos, 2,5... Hay mucho odio y no solo van a matar, porque para segar una vida no se precisan tantas puñaladas, la causa mayoritaria del asesinato. Hay mucha ira contenida, que cuando explota se olvida incluso del objetivo de matar. Va más allá, explica el forense Miguel Lorente, que realiza los informes pertinentes sobre las causas de la muerte para el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).En la mayoría de esos casos este inicio de verano, el número de crímenes machistas es especialmente preocupante y trágico, antes del ataque se había producido una ruptura de la pareja. Así que en estos asesinatos sigue imperando en el hombre un sentimiento de propiedad: Mía o de nadie.
La cruel y extrema violencia usada en algunos de los últimos crímenes machistas resulta aún más preocupante por el hecho de que solo 6 de las 28 mujeres asesinadas en lo que va de año por sus parejas o exparejas habían denunciado ser víctimas de malos tratos. En el resto de los casos (22) cabe presumir, por lo tanto, que ni las víctimas ni su entorno advirtieron a tiempo el riesgo de tener tan cerca a esos violentos verdugos. Así es muy difícil prevenir estos trágicos finales.
Esas mujeres que no habían denunciado es también el caso de siete de los últimos diez asesinatos no estaban en el sistema VioGén, ni tampoco sus agresores. Imposible controlarlos a ellos y protegerlas a ellas.
Y otro dato, recogido en el informe sobre violencia machista del Ministerio de Igualdad a fecha de 10 de julio, revela que la mayoría de esos agresores 14 españoles y 14 extranjeros no incluyeron en sus planes el suicidio (ese era un patrón muy frecuente años atrás) tras perpetrar el crimen. De los 28 asesinos, 5 se quitaron la vida y 4 lo intentaron sin éxito. En el 2021, el 16% se suicidó, en los cinco años antes fueron el 23,3%.
¿Por qué hay menos suicidas? Esto se explica porque tienen menos sentimiento de culpa y porque creen que los ciudadanos entenderán sus razones. Muchos se matan para no afrontar el rechazo social, pero ante el cambio que se está produciendo en la sociedad de relajación ante la violencia de género y los intentos por parte de los sectores más ultras de invisibilizar esas agresiones, ya no se matan. Creen que serán comprendidos, explica Lorente.
La escalada de casos en las dos últimas semanas (siete mujeres asesinadas en España por sus parejas o exparejas) coincide con el debate político, tras el incremento de la presencia de Vox por las campañas electorales y la irrupción en las instituciones, sobre cómo hay que referirse a esa violencia (los que la niegan usan el término 'intrafamiliar', pese a que no existe desde el punto de vista judicial), y con la supresión, allí donde la ultraderecha ya ostenta poder, de concejalías de Igualdad y de la Mujer.
Si eres una persona que utilizas la fuerza para imponerte a una mujer, para hacerte valer, escuchar mensajes que intentan esconder una realidad la de los asesinatos machistas refuerza tu manera de ser, eliminando la contención que sí hay cuando la sociedad está unida en el rechazo a estas actitudes, explica Lorente.
La impotencia entre aquellas personas que trabajan para combatir esa lacra es cada día mayor. Y todo es mucho más difícil de digerir con un inicio de verano tan trágico como este. Las numerosas campañas impulsadas no parecen tener efecto, pues si hoy son 28 las mujeres asesinadas ya en España este 2023, se puede apostar, con poco riesgo de errar, que a final de año esa cifra podría acercarse al medio centenar. Una realidad que se repite año tras año, lo que está inmunizando a una sociedad que empieza a percibir estas muertes, como ocurre con los fallecidos de tráfico, como algo inevitable.
Noticias como la del hombre arrestado esta misma semana en el distrito madrileño de Villaverde tras intentar taladrar la cabeza de su pareja con una de esas máquinas (la mujer tenía una broca clavada en el cráneo); o la del vecino de Logroño que después de matar el pasado fin de semana a su mujer intentó presuntamente ahogar a sus tres hijos menores en el río Ebro no pasan de ocupar, por muy terribles que sean los casos, un hueco más en las crónicas de sucesos.
Y cuando ya no se encuentran argumentos, por más estudios que se hagan, para explicar por qué sigue habiendo tanto machismo, a veces no queda otro consuelo que cambiar el enfoque de esas investigaciones para ver si se puede encontrar una luz o aplicar nuevas prevenciones. Así que se ha analizado también el momento del año con más ataques. La estadística revela que los meses estivales, especialmente julio, son los más trágicos. Hasta el Ministerio de Igualdad alerta de que en periodos de vacaciones estas agresiones aumentan porque víctimas y verdugos conviven más horas. Y además se rompen las rutinas familiares del resto del año.
Los expertos aconsejan, a la vista de esta estadística, promover en época estival o periodos de vacaciones (en los meses de diciembre también suelen dispararse estas muertes) campañas con mensajes que animen a las potenciales víctimas y a su entorno a extremar las precauciones.