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El diferente uso del dinero común en las parejas con doble sueldo es una de las desigualdades más evidentes en este tipo de relación, ya que ellas gastan menos y tienen menos dinero de bolsillo, mientras que ellos llevan más dinero propio y consumen más.Así se desprende del estudio editado por el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) Una pareja, dos salarios. El dinero y las relaciones de poder en las parejas de doble ingreso, elaborado por la investigadora Sandra Dema, doctora en Estudios de la Mujer por la Universidad de Oviedo.
Más responsabilidad en tareas del hogar
Basado en entrevistas a parejas con recursos muy igualados y a parejas donde la mujer tiene más ingresos que el varón y viceversa, el estudio constata el hecho de que el doble sueldo no implica que se comparta en igualdad el rol profesional y el doméstico ni produce una modificación inmediata de las relaciones de poder en el hogar.
"En muchos casos lleva añadido un aumento de las horas de las mujeres, ya que se responsabilizan en mayor grado de las tareas domésticas y cuidado de las personas dependientes", ha indicado Dema.
El dinero como muestra de poder
El trabajo remunerado de las mujeres "apenas altera el dominio masculino en las parejas" con una ideología de "género tradicional", e incluso en las parejas con un "ideal igualitario", resulta "difícil" observar "un equilibrio de poder y reparto de las tareas domésticas". En estas circunstancias, añade el informe, "los varones mantienen el rol de principales proveedores del hogar, aunque en realidad no lo sean".
El estudio pone también de manifiesto el significado ambivalente del dinero en función del sexo. Ellas no lo utilizan para ejercer el poder en el hogar ni lo emplean para imponer decisiones favorables a sus intereses, "como suelen hacer ellos".
Además las mujeres que ganan menos que sus compañeros restringen sus gastos personales y no se sienten legitimadas para gastar el dinero que, con frecuencia, no consideran propio. "Paradójicamente --añade Dema--, los varones que ganan menos que sus esposas no reducen sus gastos personales y se sienten con derecho a poseer el dinero que ganan ellas".
Los varones, más independientes
Una de las desigualdades más evidentes que se producen en las parejas entrevistadas en el análisis es el uso del dinero por parte de ambos. En las parejas más tradicionales se suele usar como justificación principal que los varones andan más por fuera y tienen una vida sujeta a más imprevistos que ellas.
"Las parejas no reconocen que los varones adoptan un estilo de vida más independiente que les lleva a necesitar más dinero propio y, consecuentemente, a gastar más, mientras ellas se quedan en casa porque supeditan sus actividades a la atención de la familia, salen menos, tienen menos dinero de bolsillo y gastan menos", ha subrayado Dema.