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Unos 75 millones de niños en el mundo no tienen acceso a la educación primaria porque comienzan a trabajar a una edad temprana, según ha denunciado denunció la Organización Mundial del Trabajo (OIT), en el Día Internacional contra el Trabajo Infantil."Debemos trabajar para que todo niño tenga derecho a la educación y para que no deba trabajar para sobrevivir", ha declarado el director general de la OIT, Juan Somavia.
Precisamente, la educación es el eje central que dirige este año el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, y la necesidad de romper el círculo vicioso que forman la pobreza y la participación de los niños en actividades económicas.
En total, unos 218 millones de niños de entre 4 a 15 años trabajan en el mundo, según la OIT, y de ellos, más de 100 millones lo hacen en la agricultura, en zonas rurales donde el acceso a las escuelas y la disponibilidad de profesores y medios está muy limitado, según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). "Para demasiados niños en el mundo, en particular para aquellos de familias pobres, el derecho a la educación continúa siendo un concepto abstracto, muy lejos de la realidad cotidiana", agregó Somavia.
La OIT, Unicef y otras agencias consideran que la educación es la mejor respuesta para reducir y llegar a erradicar el trabajo infantil, y que se debe incidir, además, en impulsar la igualdad de género, pues son siempre las niñas las más perjudicadas por la falta de educación.
"Cuando una familia debe tomar una decisión entre enviar a un niño o a una niña a la escuela, con frecuencia es la niña la que pierde", ha señalado el director general de la OIT.
Según datos de Unicef, en Latinoamérica, el 90% de todos los menores que trabajan como ayudantes domésticos son niñas. En el África Subsahariana, donde uno de cada tres menores trabaja, sólo un 59% de las niñas asiste a la escuela primaria.
Según el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil, de la OIT, muchos de los niños trabajan durante largas horas y en condiciones peligrosas, y más de la mitad de todos los que trabajan lo hacen en las peores formas, como esclavos o en actividades ilícitas como el tráfico de drogas, la prostitución o los conflictos armados.
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