Educación y derechos humanos |
(...) los Derechos Humanos, con todo su inmenso valor moral, no agotan de ninguna forma el ámbito de la moralidad, y cualquiera puede pensar que una educación moral basada en tales valores éticos es incompleta o insuficiente.Sin embargo, afirmamos que pueden ser un referente válido para la educación moral y cívica de la escuela. Afirmamos esto por varias razones.
En primer lugar, porque los consideramos un referente básico que no excluye otras propuestas complementarias y enriquecedoras. De hecho, el régimen de la enseñanza escolar implica siempre la transmisión de otros valores.
En segundo lugar, porque los valores implícitamente afirmados en la Declaración -que en su enseñanza se deben explicitar y clarificar- son los valores consensuales más asentados, de donde se deriva su cierta validez en orden a la convivencia pacífica, fecunda, y progresiva.
En tercer lugar, porque en dichos valores convergen las principales formas de fundamentación del bien moral presentes en nuestra cultura, aunque ciertamente existan algunas diferencias notables en la exégesis del significado que para unos y otros tienen algunos de esos valores.
Así mismo, porque la escuela no es de ninguna forma el único agente de educación moral. Este fin de la escuela es un fin claramente compartido con otras entidades de la sociedad civil a quienes puede corresponder enfatizar valores muy legítimos, pero que no tienen a la sazón aquel generalizado consenso.
La moralidad que emana de la Declaración de los Derechos Humanos, comprendida como derechos-deberes, de respeto recíproco, y de exigencia solidaria, pudiera considerarse una moral cívica, social, o moral de mínimos, y sin embargo tiene dimensiones casi utópicas todavía, en muchos aspectos.