Educación y derechos humanos |
[...]Por lo que se me alcanza, intenta indoctrinar quien se propone transmitir unos contenidos morales con el objetivo de que el destinatario los asuma y ya no desee estar abierto a otros contenidos posibles; quien se esfuerza por evitar que su interlocutor siga pensando y se abra a otros horizontes. Es la forma de enseñar propia de una moral cerrada.
Educa, por el contrario, quien se afana por conseguir que el niño piense por sí mismo al hilo de su desarrollo, que se abra a contenidos nuevos y tenga criterio para elegir. Es la forma de enseñar propia de una moral abierta, consciente de que las personas han de hacer su vida junto con otras desde su autonomía. Pero entonces surge la pregunta: ¿es que no hay que educar en valores, no hay que ofrecer criterios porque eso es indoctrinar?
Resulta curioso comprobar cómo nadie se hace esa pregunta en relación con la lengua, las matemáticas, las ciencias naturales. ¿Cómo no vamos a transmitir a los jóvenes lo que hemos aprendido para que hagan con ello lo que bien les parezca en el futuro? ¿Cómo no van a dejar los padres a sus hijos lo mejor que creen tener, para que ellos después hagan su vida libremente?
Ha costado mucho aprender que la libertad es superior a la esclavitud, la igualdad a la desigualdad, la solidaridad a la exclusión, el respeto activo al desprecio, la responsabilidad por lo vulnerable al abandono. Ha costado mucho aprenderlo y, sobre todo, son éstos valores en los que resulta imposible indoctrinar, si se ofrecen bien, porque por su misma naturaleza educan para forjarse un universo abierto.
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Ocurre, sin embargo, que estas cosas no se aprenden sólo en la escuela, que la educación formal de los medios escolares queda muy corta si no viene arropada por la informal de la vida familiar, de la vida política y los medios de comunicación. Y si en los medios de comunicación y en la política las prioridades son siempre otras, día a día, semana a semana, mes a mes, año a año, los más esforzados maestros del mundo serán impotentes para educar en una ciudadanía justa.