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Nace en EE.UU. un fondo que asegura ganancias con inversiones "socialmente irresponsables"
"Cuando es bueno, es muy, muy bueno..., pero cuando es malo, es mejor". Esta frase es la máxima del Vice Fund, el primer fondo de inversión que no tiene miedo a definirse como "políticamente incorrecto" y que invierte expresamente en compañías socialmente irresponsables, como las de armamento, las tabacaleras, las empresas del juego o las firmas de alcohol. Los creadores de este producto sostienen que, en tiempos de crisis, estos sectores multiplican las ganancias.
Supongamos que usted forma parte de la categoría (cada vez más numerosa) de aquellos inversores que han perdido dinero en bolsa. Deprimido, opta por ahogar las penas en el alcohol. En plena crisis nerviosa, empieza otra vez a fumar. Y los pocos ahorros que le quedan, los utiliza para intentar la suerte en el juego. Pero también esto le sale mal. Su desesperación supera el límite y baraja incluso la posibilidad de comprarse una pistola...Sin haberse dado cuenta, en sus desgracias se encuentran también las soluciones a los problemas. O, por lo menos, es lo que sostienen los gestores del Vice Fund, un fondo de inversión que acaba de nacer en los EE.UU. y que invierte en todas aquellas actividades que, en tiempos de desaceleración económica, están más en auge: armas, alcohol, juego y tabaco.
Un experto de inversiones calificaría este tipo de fondos como "anticíclico", de los que produce sus mayores ganancias cuando la tendencia económica es a la baja. Pero el Vice Fund representa un caso peculiar,ya que su línea de conducta se basa en un análisis empírico y histórico de los comportamientos humanos. Y citan a propósito una frase de Abraham Lincoln: "Un pueblo que no tiene vicios tiene muy pocas virtudes".
Unos sectores al alza
"La Biblia empezó con Caín y Abel, con una guerra", recuerdan en el folleto informativo. En efecto, los conflictos armados siempre han sido una constante en el curso del tiempo y con una intervención en Iraq cada vez más inminente, el sector armamentístico vuelve a ser atractivo. De hecho, títulos como Lockheed Martin o General Dynamics, han dado señales de salud justo cuando empezó la campaña dirigida a cazar a Bin Laden.
En cambio, la presencia de las tabacaleras en una cartera resulta, en principio, más difícil de aceptar. Los numerosos casos judiciales, sobre todo en EE.UU., a los que la industria del sector tuvo que enfrentarse en el pasado representan un riesgo para la inversión. No obstante, los gestores del Vice Fund estiman que, a pesar de intensificarse la lucha contra el tabaquismo, el número de controversias jurídicas ha disminuido y que se han limitado sobre todo a EE.UU., debido a su peculiar sistema judicial, mientras que en el resto de Europa las incógnitas son menores.
En cuanto al sector de las bebidas alcohólicas, los tiempos del prohibicionismo quedan lejos. Y en lo que se refiere al juego, en los EE.UU. es una tradición desde hace muchos años, y no sólo en Las Vegas. En Europa, además, el sector está entrando en una etapa de liberalizaciones que puede incrementar ulteriormente los márgenes de negocios.
Los resultados económicos de la inversión, aseguran, son considerables. A partir de 2.500 dólares, y con un horizonte temporal a largo plazo, el retorno está garantizado. En los últimos cinco años, la cartera simulada del Vice Fund hubiera ganado casi el 53%, muy superior al avance en el mismo periodo del índice S&P500, de tan sólo el 12%.
Dudas morales
El Vice Fund afirma deliberadamente que está dirigido a aquellos inversores "que quieren beneficios sin tener en cuenta la corrección social de las inversiones". Una visión muy cínica que escandaliza a aquellos ahorradores que tienen sensibilidades "éticas" y que tienen en cuenta criterios extraeconómicos al invertir su dinero. Es el caso de los fondos "socialmente responsables", que descartan, precisamente, todas aquellas empresas susceptibles de contaminar, perjudicar la salud o que van en contra de la moral.
Los "tiburones de bolsa" pueden, en cambio, ver en el Vice Fund una oportunidad de inversión. Claro, siempre existe el riesgo de que la jugada falle. Como ya le ocurrió a otro producto financiero igual de cínico, el Tombstone Fund, que sólo invertía en el sector funerario, convencido de que la muerte (y concretamente la industria relacionada con las defunciones) era un componente de la demanda constante y, posiblemente, en aumento. Murió, él también, al cabo de tres años. Cuidado con los vicios.