La Declaración Universal de los Derechos humanos |
John Perry Barlow es un auténtico cowboy del ciberespacio. Nacido en Wyoming hace 58 años, ranchero retirado, es una eminencia de la Red. Cofundó la Electronic Frontier Foundation (EFF) y escribió la Declaración de independencia del ciberespacio. Fue pionero en las guerras del copyright y escribió canciones para la banda Grateful Dead, que ya practicaba la música libre en los años setenta.
Pregunta. En las luchas del copyright, los activistas hacen hincapié en la necesidad de cambiar las leyes de propiedad intelectual. En cambio, en la revolución del software libre, nadie dijo a las empresas informáticas que cambiasen, se creó otra cosa. ¿Por qué la cultura libre no sigue este camino?
Respuesta. Porque toda la cultura es naturalmente libre. Un amigo hizo un documental en el que mostraba cómo los medios redirigen la atención del público de las cosas importantes a las triviales, y usó imágenes que eran propiedad de cadenas de televisión. No pidió permiso y estoy de acuerdo; es mejor pedir perdón después que pedir permiso antes. No preguntes: hazlo.P. ¿Eso no es robar?
R. ¿Quién está robando? Robar es cuando coges algo material a alguien. ¿Quieres hacer algo útil? Busca todo lo que te guste, lo que consideres valioso, digitalízalo y ponlo en la Red. Buena parte de las obras anteriores al siglo XX están bajo copyright y no las quieren liberar. Será una pérdida terrible. Mi responsabilidad como buen antepasado me pide que digitalice todo lo que pueda.P. Primero fue el software libre; ahora, la cultura libre. ¿Y después, todo libre?
R. No. Debe haber un sentido profundo de lo que está bien y mal, para saber cuándo parar. Cuanta menos responsabilidad y ética haya en una comunidad, menos libertad habrá porque causará un desplome social y alguien querrá imponer el control. Espero que en Internet mantengamos los sistemas de autocorrección. Sólo los virus y el correo basura no van por este camino: invitan a que los gobiernos hagan leyes fuertes, a escala planetaria, que llevan a la represión.P. El terrorismo está provocando la retención de datos en Internet. ¿Es ésta la forma de luchar contra el terrorismo?
R. No. La mejor forma es el viejo trabajo policial y, sobre todo, entender por qué la gente hace esto. Los sistemas usan el terrorismo como excusa para crear opresión y control. No tendríamos que responder con opresión, sino con coraje.P. ¿Hay alguna forma de evitar la retención de datos?
R. Desarrollar tecnologías que permitan a la gente comunicarse sin vigilancia: correo electrónico, chat e IP anónimos. Y no tener miedo.P. En 1996, escribió la Declaración de independencia del ciberespacio, en la que instaba a los gobiernos y la industria a no controlar la Red.
R. Sigo pensando lo mismo. En 10 años hemos ido muy bien sin su intervención y podemos seguir así.P. En los años noventa, la lucha por los ciberderechos abarcaba un amplio abanico: privacidad, censura, acceso a Internet... Hoy, sólo hay movimiento en el campo del software libre y las luchas del copyright. ¿Qué pasa?
R. Que Internet es un espacio muy complejo y requiere especialización. Nos hemos metido más en los detalles, donde hay mucho trabajo, aunque en general las cosas han mejorado. Hace años, yo era una de las dos únicas personas del mundo que luchaba por estos asuntos. Ahora hay cientos.P. Asistimos a una gran confrontación, no sólo por el copyright, también la censura de la Red en China, el control de la información...
R. No es una confrontación. Si no existiese el odio, el amor no tendría sentido.P. ¿Cómo deben afrontar los activistas de Internet esta dualidad?
R. Estando un nivel por encima. En los tiempos del movimiento beatnik, Neal Cassidy y unos amigos iban a una manifestación pacifista. Pararon en un bar de negros y vieron que a un chico le golpeaban con tacos de billar. Neal les preguntó: "¿Alguien quiere chicle?" Rompió la situación. Esto es lo que necesitamos: salir de la confrontación, hacer lo que no esperan que hagamos. Antes que atacarles y discutir, es mejor decir: tenéis razón, esto es un problema. Resolvámoslo juntos.