La Declaración Universal de los Derechos humanos |
En plena era de las nuevas tecnologías y, sobre todo, gracias a la expansión de Internet, el espionaje también se ha globalizado. Las agencias de espionaje pueden interceptar las comunicaciones de sus ciudadanos. Podemos creer que nos amparan la Carta de Derechos Humanos y la Constitución, pero, como nos cuenta Nacho García Mostazo en 'Libertad vigilada' , el espionaje masivo de las comunicaciones pasa por encima de cualquier ley. Además, tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, la mayoria de países democráticos han aprobado nuevas leyes que permiten al Estado entrometerse en nuestra vida privada.Cuando hablamos por teléfono, ¿hay alguien más escuchando? ¿Es seguro enviar un fax o intercambiar información por Internet? ¿Está usted dispuesto a que sus comunicaciones sean interceptadas sin su permiso en aras de la llamada "seguridad nacional"?
Tras la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. y el Reino Unido firmaron un pacto para espiar las comunicaciones de la URSS y los países del Pacto de Varsovia, pero también empezaron a escuchar al resto, ya fueran enemigos o aliados. Aunque al principio usaron la tecnología para espiar las comunicaciones militares y diplomáticas, también acabó por extenderse al terreno civil y económico, sobre todo en los años noventa. Actualmente, estos dos países, junto a un selecto grupo de aliados, operan la primera y única red mundial de espionaje de las telecomunicaciones, conocida como "Echelon".
Pero en plena era de las nuevas tecnologías, sobre todo gracias a la expansión de Internet, el espionaje también se ha globalizado. Hoy en día, las agencias de espionaje de unos 150 países pueden interceptar las comunicaciones de los ciudadanos, escuchar lo que dicen o leersus mensajes.
Podemos creer que nos amparan la Carta de Derechos Humanos, o la Constitución, pero el espionaje masivo de las comunicaciones pasa por encima de cualquier ley, nacional o internacional. Además, tras los terribles atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, la mayoría de países democráticos han aprobado nuevas leyes que permiten al Estado entrometerse en nuestra vida privada. Es cierto que hay libertad, pero es un sucedáneo: la libertad vigilada.